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Jóvenes examinan objetos del museo de Ingeniero White |
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Reseña argentina: en las provincias que conforman el área geográfica conocida como la Pampa Húmeda desde hace unos treinta años comenzaron a surgir de forma cada vez más numerosa las exposiciones de los diversos grupos migrantes. Por falta de presupuesto y de infraestructura estas muestras no se concretaron en la creación de museos específicos.
A pesar de diversos proyectos no se pudo cristalizar en la Capital Federal el Museo del Inmigrante, inicialmente proyectado para realizarse en el antiguo Hotel de Inmigrantes.
Pero un caso interesante de difundir lo constituye el Museo de Ingeniero White, junto a Bahía Blanca.
En el año 1987, la Secretaría de Cultura convoca a la comunidad para la formación de un museo. Se trata de un área dedicada a la pesca, donde sus habitantes provienen de una misma región de Italia y se encuentran en la zona desde principios de siglo.
A raíz de dos historias de vida realizadas entre los vecinos, se comprueba la extensa red que conforma una de las familias propietaria de lanchas pesqueras. Se solicitó la colaboración de la colectividad por medio de un trabajo puerta por puerta.
Si existió, al comienzo, algún tipo de resistencia, se debió a preconceptos referentes a los objetos que pueden conformar un museo: resultaba extraordinario para la población comprobar que un enser de la vida cotidiana y doméstica podía ser expuesto como una pieza-objeto del patrimonio del museo.
Al verse involucrada la comunidad con la muestra, la institución museo tomó verdadera importancia.
El grupo líder decidió traer desde Italia la imagen del Protector de su aldea: San Silverio, Patrono de los Pescadores. Un barco de pesca, el “Aguila Blanca”, instalado en los jardines del museo, es el lugar central de la celebración litúrgica. También en Ingeniero White se trabajó con el fin de recuperar la memoria y costumbres de varias colectividades, rescatando las comidas típicas traídas al país por españoles, árabes, griegos, judíos e italianos.
Aquellas recetas originales se compararon con las de uso diario y se señalaron las transformaciones realizadas para su adecuación a la Argentina, ya que esto dio lugar a la publicación de una serie de fascículos: “La cocina del museo”, en el Museo del puerto de Ingeniero White. Este tipo de trabajo que hace de la institución el centro de la recuperación de la memoria y que colabora al reconocimiento de una identidad nacional plural, entra a menudo en colisión con el discurso hegemónico de los museos tradicionales.
Ningún museo puede ser la réplica ni la copia de otro, ya que los intereses de la población en la que se encuentra diferirá seguramente de acuerdo a su patrimonio y territorio.
"Cuqui" Carballo de Ayassa Museóloga
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