Las escasas notas biográficas que existen sobre J. J. Cale tienen un denominador común, todos relacionan a su estilo con Mark Knopfler, líder de los Dire Straits. Naturalmente, otra referencia obligada lo constituye su vinculación con Eric Clapton, dado que Cale (compositor del súper-éxito, "Cocaína"), fue clave en la recuperación artística del eximio guitarrista cuando provocó un giro sustancial en lo referente a sus corrientes musicales. Comparaciones y puntos referenciales aparte, "Yi-Yi", como muchos lo mencionan, es algo más que uno de los padres espirituales del guitarrista de Dire Straits y del propio Clapton. Es, por ejemplo, un mítico compositor y muy particular intérprete que conoció de los placeres y encantamientos de la convulsionada ciudad de las luces, la diversión y el juego mundano, Los Angeles. Por aquellas calles deambuló con su guitarra y su impronta musical, de la mano del no menos exitoso León Russell. "Yi-Yi" se negó rotundamente a vivir y a morir en la metrópoli de los mil encantos, para instalar su musa inspiradora en su propio refugio, que es el sitio donde mejor compone. Prefirió retornar adonde nació, en Tulsa (Oklahoma), armarse de un pequeño estudio y darle a la viola sentado al borde de su amado y hogareño Porsche 911. Inició su camino musical en Nashville, como Johnny Cale and The Valentines, con las inevitables y entrañables canciones campesinas, llenas de sentimientos, corazones frustrados y constantes reafirmaciones a su terruño. La magia de su estilo iba cautivando adeptos a una fórmula que finalmente surtiría el efecto tan anhelado por "Yi-Yi". El campesino de Tulsa, desde su mecedora, continúa impasible en su empeño por transformar en notas musicales los recuerdos, propios o ajenos, de un tiempo y de una geografía. Ya prácticamente no actúa en vivo, sólo en puntuales ocasiones, y cuando esto ocurre, a decir de algunos asistentes al espectáculo, lo hace de espaldas al público, en locales de poco vuelo y rodeado de una marcada austeridad.
Para J. J. Cale (el extraño "Yi-Yi" Cale), atrás queda el country, la psicodelia y, tal vez, alguna que otra etapa artística más o menos prodigiosa. Su perfil podría definirse como el de un compositor e intérprete abocado a reflejar de manera muy elemental sus propias experiencias y las de sus eventuales compañeros de vida.
Es también lo básico del sonido de su voz lo que lo hace tan especial. Sus mensajes musicales refieren casi exclusivamente a la esencia del hombre y sus propios interrogantes, a través de canciones de tres o cuatro minutos generalmente, con una asombrosa suavidad y, sobre todo, con mucha clase. Su creación más versionada y que vendió más de cuatro millones de copias, sin dudas, fue "Cocaine". Interpretada por su autor tuvo un impacto relativo, pero la versión de Clapton terminó imponiéndola como un icono del movimiento rock and pop. Por cierto, el tema en cuestión fue muy fustigado por diferentes sectores de la sociedad, desde donde se sostenía que era una perfecta incitación al consumo del opio. Más adelante, tanto Cale como el mismo Clapton, desmitificaron tales posturas y ofrecieron fundamentos probatorios para sostener lo contrario.

Iniciaba la AM. En Villa María, en tanto, la ciudad se preparaba para recibir a su primera emisora radial. Durante los primeros años de la década, la Amplitud Modulada de los villamarienses se había convertido en toda una realidad. Corría mayo de 1973 cuando oficialmente se inauguraba en medio de una gran expectativa la primera radio del medio, aunque la gestación del proyecto, obviamente, tuvo su punto de partida mucho tiempo antes.
Por este medio pasaron hombres talentosos vinculados al quehacer periodístico de la época como Rodolfo Ghezzi, Luis Alberto Mignola, Edgardo Astrada, la "Chiva" Córdoba, Oscar Férez, entre otros, fueron quienes dieron el puntapié inicial para que LV28 tuviese voz propia.

Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO