s Por y para
Vilma Perrachione

El brindis que no pudo ser…

Soñábamos y esperábamos con ansias tu regreso, para nuevamente reunirnos en esa cita obligada después de una Asamblea o por el solo hecho de compartir un momento más de afecto y alegría y de brindar por la vida.

Pero la vida suele darnos sorpresas. ¡Y vaya que sí lo son! y en ese sentido, ambas teníamos sobrada experiencia. Y nos golpeó con tu regreso a la ciudad, pero en tu viaje hacia la eternidad… y el brindis quedó trunco.
El asombro y el dolor nos golpearon, nos aturdieron, sólo podíamos pensar en lo que cada uno perdía al no tenerte junto a nosotros: a la MUJER con la que se podía contar en cualquier momento, como AMIGA leal y confidente; como MAMA de tantos hijos del corazón, que cosechaste en tu vida; como COMPAÑERA de militancia con firmes convicciones; como CORRESPONSAL responsable y luchadora, defensora de tantas causas sociales, solidaria ante el dolor de otros, generosa en tu darte con plenitud, desinteresada, valerosa… y más, porque podría seguir.
Y poco a poco fuimos tomando conciencia de lo mucho que nos dejabas con el ejemplo de tu paso por la vida, y se fueron plasmando en palabras con las que te recordaron y te recordarán siempre. Es hermoso pensar que aquí en la Tierra que hoy abriga tu cuerpo serás una semilla de primera calidad, que seremos los responsables de que germine con felicidad, pues tanta falta hace, pero también serás una estrella que desde el firmamento vigilará que no se contaminen las tierras, el agua, el aire, las nubes, que no se talen los árboles que tanto amabas, sin discriminación y sin reforestación.
Y como “Mujer luminosa” nos alumbres a todos para que podamos dejar nuestras huellas en la vida, tan llena de luz como la tuya. No fuimos amigas por mucho tiempo, nos conocimos hace pocos años, pero debo reconocer que siempre hubo entre nosotras una relación muy hermosa, en la que compartimos tanto alegrías, como dolores, risas y llantos, que hubo mutuo respeto y comprensión y de mi parte una admiración sincera y un profundo agradecimiento por esos sentimientos.
Vilma amiga. Vilma compañera. Vilma confidente.
Un día volveremos a encontrarnos y ese brindis que no fue, al fin podremos realizarlo.
Mary Amaya y Mónica Fornero
Presidenta y secretaria de Asociación Verdad Real y Justicia para Todos