“El IPEM 49 Domingo Sarmiento es uno de los íconos de Villa María. Puede haber tenido infinidad de nombres, pero para nosotros es simplemente la Escuela del Trabajo”, tiene razón Myriam Saura, la directora del colegio. No importa que mote o código le endilguen. Para la ciudadanía, seguirá siendo la Escuela del Trabajo. Esa que acapara respeto y admiración por su trayectoria en el terreno educativo. Esa que continúa formando jóvenes en las labores de la vida. Esa cuyo enorme edificio es emblema de la arquitectura local.
Ya la fachada impone recato. Una soberbia estampa resumida en dos pisos de muros potentes y terminaciones elegantes, con vista a calle Müller. La puerta de firme roble, custodiada por un par de columnas, farolas y el coqueto dintel superior, adornado con el escudo de la provincia. Los grandes ventanales que se extienden a los costados, antiquísimos. El pasillo de entrada, rodeado de verjas, jardines y cuatro gigantescas palmeras, que crean ambiente. El monumento de la rueda de metal completa el paño. La expresividad del escenario marca el linaje de la obra.
Adentro, lo arcaico se apodera del aire, con paredes que hablan de la longeva historia de la institución. Los espacios comunes mantienen con hidalguía el peso de la tradición. Pero también reclaman mayores cuidados y restauración. El espacio central tiene forma de “T”, con aulas de formación general que se dispersan a los costados. Sobre el ala de calle Jujuy, se encuentra el internado, donde viven 150 alumnos provenientes de toda la región. Tiene tres pisos: el primero está reservado para la cocina-comedor y los dos restantes para las habitaciones.
En el ala que da a calle Bruno Ceballos, así como en la que linda con Vélez Sarsfield, se hallan varios talleres y laboratorios. El inmueble cuenta con tres talleres para la especialidad Automotores, tres laboratorios para la especialidad Electricidad, dos laboratorios de Computación, dos talleres de Electrónica, un taller de Tornería y uno de Carpintería, además de una biblioteca y un museo propio.
La Escuela del Trabajo se creó en 1929, bajo el nombre de “Escuela de Artes y Oficios y Mecánica Agrícola”, aunque en el lugar ya funcionaba con anterioridad la Escuela Maestros Rurales Agropecuarios e Industrial Sarmiento (fundada en 1921). En aquel entonces, los bancos eran poblados por apenas 32 alumnos. Hoy son más de 700. Para el año 1931, contaba con la capacitación en Ajuste, Tornería, Tallista, Herrería de obras y Forja, Fundición, Carpintería y Mecánica agrícola.
Luego se incorporarían varias asignaturas relacionadas con la cultura general y, para 1979, las especialidades en Mecánica, Carpintería metálica, Ebanistería, Electricidad y Electrotécnica. Actualmente, ofrece las carreras de Construcciones, Electricista-Electrotécnica, Mantenimiento de Vehículos y Metal-Mecánica.
El 15 de octubre de este año, la entidad cumplirá 82 años. El edificio que la sostiene se hincha orgulloso. Su majestuosidad coincide con semejante trayectoria.
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