El partido que anoche disputaban Universidad Nacional Villa María y Unión Social de Alto Alegre, en Plaza Ocampo, se suspendió a los 19 minutos del primer tiempo, luego que el primer asistente, Pablo Díaz, se desvaneciera en la cancha por un supuesto impacto de un proyectil.
La agresión del colegiado se produjo luego que la “U” convirtiera el 2-0 con el que ganaba con comodidad sobre el conjunto de Alto Alegre.
Aunque en un principio no se pudo visualizar un corte sobre la humanidad de Díaz, el árbitro del encuentro, Pablo Juno, consideró que la agresión fue producto de una piedra que se encontraba cerca del agredido. De hecho, luego el asistente fue trasladado por los Bomberos a la Clínica Marañón de esta ciudad donde recibió atención médica y se le diagnosticó “convulsión por un impacto sufrido en el parietal izquierdo”.
Diez minutos antes de la agresión, el árbitro le había solicitado a la Policía que reforzara la seguridad sobre el alambrado de la tribuna techada porque, a instancias de Juno, desde ese sector -donde se encontraba la parcialidad de Unión Social- habían caído algunos proyectiles.
El clima hostil sobre el asistente apareció cuando, a los 6 minutos de juego, el árbitro pitó un penal -muy visible- que le cometieron a Rodrigo Liendo.
El propio delantero de la “U” puso el 1-0 en la fría noche de fútbol que, poco a poco, fue calentándose por la bronca visitante.
Sin embargo, el hecho más lamentable se dio a los 19 minutos, después que una jugada del local terminó en el gol de Matías Barbuio, lo que aumentaba el marcador para el equipo que marcha como único escolta de Yrigoyen en la Zona A del torneo que organiza la Liga Villamariense de Fútbol.
Los insultos desde la tribuna visitante se fueron acrecentando hasta que llegó la lamentable agresión.
El partido se había programado para el pasado martes, pero la lluvia impidió su realización y los dirigentes decidieron postergarlo para anoche.