“A mí me enseñaron desde muy joven que a los problemas hay que enfrentarlos. Un docente me dijo: ‘Esto cómo termina’. Le contesté que esto recién empieza. El desafío es de ahora en más que cada uno cumpla con el rol que le compete.”
Este es un tramo del extenso pronunciamiento de Mirta Karpow, la directora del IPEM Manuel Anselmo Ocampo que puso en el debate público el crecimiento en el consumo de alcohol y marihuana en los adolescentes.
Como se conoce, la semana pasada la directiva del secundario de calle Catamarca brindó una entrevista con EL DIARIO que originó gran controversia porque el estudiantado se sintió damnificado con sus expresiones. “Nos sentimos señalados por la sociedad”, argumentaron en medio de una asamblea que se prolongó durante el jueves y que paralizó las clases.
Desde que estalló la cuestión, Karpow prefirió el silencio y adelantó que hablaría recién ayer, hecho que se concretó a las 9 de la mañana en una conferencia de prensa.
Dos días antes, el cuerpo docente (salvo contadas excepciones) firmó una solicitada que se publicó en este matutino y a través de la cual se le brindó el total apoyo a su gestión.

Pronunciamiento

Karpow indicó que el establecimiento tiene 789 alumnos y 145 docentes, divididos en tres turnos.
“Es una escuela que atiende con respeto a lo diverso y lo diferente, que es el punto de partida de la práctica educativa. Se encuentran más de 30 alumnos con adaptaciones curriculares significativas y no significativas (N. de la R: esto también había sido reflejado en la polémica nota publicada el 25 de mayo). Siempre fue, es y será una escuela inclusora. Aquí estamos todos”, recalcó.
“Se fomenta siempre la participación democrática y responsable donde los docentes debemos ser referentes, por eso quiero aclarar con respecto a la nota que se publicó que faltaron dos palabras: en ningún momento está la palabra ‘algunos’ pero tampoco está la palabra ‘todos’”, expresó.
“Esto está pasando en todas las instituciones públicas y privadas, nadie lo puede esconder, a mí me enseñaron desde muy joven que a los problemas hay que enfrentarlos. Un docente me dijo: ‘Esto cómo termina’. Le contesté que esto recién empieza. El desafío es de ahora en más que cada uno cumpla con el rol que le compete”, afirmó.
“El funcionario no debe depositar toda la responsabilidad en la escuela, todo viene a parar a aquí, esta caja de resonancia se hace eco de todo lo que pasa a los jóvenes. Los docentes somos responsables de la formación integral del alumno. Queremos que se logre en cada escuela cumplir con tres palabras claves: enseñar, convivir y aprender”, manifestó.
“Quiero que mi alumno aprenda, esa es mi función y el Estado me paga para eso. Me encanta ver a docentes integrar las listas de diferentes partidos políticos, pero ninguno debe olvidar de dónde viene, antes que políticos son docentes, donde debo enseñar el respeto por la norma, el respeto por el otro diferente. El respeto por la tarea es lo que me une al alumno: planificando mis clases, corrigiendo cada palabra de sus trabajos y al momento de asesorarlos en la verdadera participación ciudadana responsable: canalizar a buen puerto sus reclamos, procurando que escuchen, que se escuchen. Hay que volver a institucionar la palabra, la que es un arma poderosa. Quizás si escuchamos más y hablamos menos nos vaya mejor”, declaró.
“Ahora -continuó- todo el mundo habla de la violencia escolar; no hay violencia escolar, hay violencia social, precisamente porque la palabra dejó de estar en el centro de la escena en toda comunicación social.” En este sentido, remarcó que “siempre esta institución miró a sus alumnos como personas con todo lo que ello implica, pensar que en otra época nefasta querían hacernos creer que las escuelas éramos empresas y los alumnos clientes, quizás algunos piensen así todavía; nosotros no”.
“La escuela pública se hace cargo más que la privada del fracaso y el abandono escolar, a nosotros nunca nos van a cerrar las estadísticas como cada gobierno quiere, no importa quién gobierne y con qué se viene bajo el brazo para con la escuela cuando asumen en cada período. Algunos a lo largo de la bendita historia de nuestro país, pareciera que como es la única institución masiva que todavía sigue en pie, la llenó de responsabilidades, de planes, de promesas incumplidas, pero la escuela a pesar de los embates sigue en pie y es tan simple que lo único que queremos es enseñar, es modificar estructuras cognitivas en ese alumno que tenemos adelante.”
“También debemos saber que no sólo cumple con prevenir sobre las diferentes adicciones que sufren los jóvenes sino que la escuela también cumple con el rol de asistir, de contener y de asegurarse que todos permanezcan en ella”, sostuvo.
Karpow dijo estar de acuerdo en trabajar en red pero advirtió que “el Gobierno debe decir cómo y cuándo hacerlo”.
“Del cómo no me hago cargo, para ello deberá hacerlo gente idónea, pero el cuándo debiera ser ahora, hoy y ya”, resaltó.

Todos seguirán en las aulas

La directora expresó que “nunca” imaginó que sus palabras “iban a tener tanta repercusión”. “Personalmente no me gusta estar tan expuesta en los medios y quiero tranquilizar a los papás de esta institución de que cada uno de sus hijos va a seguir estando en estas aulas. Algunos, los menos, pedirán disculpas; otros tendrán el ausente correspondiente pero todos en la escuela y en el aula”, destacó.
La docente agradeció a sus compañeros, a padres, directores y compañeros de otras escuelas y “especialmente” a Juan Monserrat, secretario General de la UEPC. También a su familia y a la inspectora Silvia Ballarino, que ayer la acompañó durante su pronunciamiento público. Y, “sobre todo, a los alumnos, esto lo hice por ellos, porque quiero que se sientan orgullosos de transitar estas aulas, por el respeto que nos tenemos y por contribuir cada día a recuperar la autoridad pedagógica”, concluyó.

LAS FOTOS:

1- En su contacto con los medios, Karpow estuvo acompañada por la inspectora Silvia Ballarino, quien dijo estar apenada por la situación vivida tras los dichos

2- Durante la conferencia, irrumpió la docente Mónica Sonzini que dijo que la escuela no es democrática. Ingresaron junto a ella veinte alumnos