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Heriberto Pronello: una vida dedicada a los autos de carrera |
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Mañana viernes estarán en nuestra ciudad conocidas figuras del ayer del automovilismo, con la organización de Museo Don Iris, EL DIARIO y el programa Vértigo Sport que se emite por Radio Show.
Continuando con la serie de charlas debates que se vienen realizando, llegan Heriberto Pronello (constructor de autos de TC y Sport Prototipos, entre otros) y los pilotos de esos autos Jorge Ternengo y Carlos Pascualini.
El evento que se realizará en el Museo Don Iris, de avenida Presidente Perón 1323, desde las 21, tendrá como siempre entrada libre y gratuita.
EL DIARIO dialogó con Alberto Fenoglio, propietario del museo, quien manifestó entre otras cosas que “estamos muy contentos por la presencia de estas figuras, verdaderas leyendas, que seguramente expondrán todas las vivencias del automovilismo de la década del sesenta, que por otra parte es muy jugosa. Recordemos que Heriberto Pronello estuvo en los equipos oficiales más importantes de la época, trabajando junto a Oreste Berta, entre otros, mientras que Jorge Ternengo y Carlos Pascualini tuvieron la posibilidad de ser pilotos de esos autos que estaban dentro de los mejores del país. Hay que remarcar el importante trabajo que hizo Carlos Neschuk en pos de esta nueva realización”.
Precisamente Carlos Neschuk, gerente del museo, adelantó que se estarán exponiendo algunos modelos de los autos que diseñó Pronello.
Historia
La irrupción del equipo oficial IKA en el Turismo Carretera a inicios de 1967, sin dudas iba a marcar la definitiva transformación de la categoría, iniciada con el Chevitú años atrás. La tradicional silueta de las cupecitas iba a dejar paso a autos derivados directamente de modelos actuales de serie. Al presentarse el Torino, y en especial la versión cupé, IKA armó un equipo de carreras con el objetivo de promover este nuevo auto, y de alguna manera insertarlo como una cuña entre la tradicional antinomia Ford-Chrevrolet en la máxima categoría nacional.
En este equipo, además de los pilotos -la recordada CGT con Eduardo Copello, Héctor Gradassi y Jorge Ternengo- sobresalían dos figuras, que simbolizaron precisamente esa transformación en nuestro automovilismo deportivo: Oreste Berta y Heriberto Pronello.
Mientras el “Mago” de Alta Gracia Oreste Berta se encargaba principalmente de todo lo relacionado con la mecánica, Heriberto Pronello, de Villa María, era el responsable del diseño de los autos. Ya en la primera carrera de ese año, uno de los Torino oficiales (el de Copello) llevaba una trompa muy penetrante que iba a convertirse en un ícono de la categoría durante varios años. Ese auto fue denominado Liebre I. Con el correr de la temporada se incorporó -también basado en el Torino- un modelo cuyas líneas se alejaban por completo del auto de calle, que se denominó Liebre II. Estos autos dominaron la temporada, obteniendo Copello el campeonato Argentino de TC, y tanto Berta como Pronello el reconocimiento de toda la prensa y la afición.
Retiro
Para 1968 se retira el equipo IKA en forma oficial. Sin embargo, Pronello presenta otros dos nuevos modelos, siempre derivados del Torino original: otra Liebre, una curiosa combinación, la cual tenía suspensiones de Liebre II, motor desplazado al interior del habitáculo, trompa más liviana, y carrocería de cupé Torino y finalmente la Liebre III, de líneas más estilizadas que la II, y con soluciones técnicas más avanzadas. No obstante, el campeonato iba a quedar en manos de Carlos Pairetti y su inolvidable Trueno Naranja Chevrolet, diseñado por Pedro Campo. De todos modos, los autos de Pronello eran elegidos por muchos pilotos, dándole a la categoría un aspecto cada vez renovado. Además, ante algunos accidentes producidos en ruta, se comenzaban a utilizar con más frecuencia los autódromos, por lo que para 1969, la Confederación Argentina de Automovilismo Deportivo (CADAD), organismo que por entonces fiscalizaba las competencias en el país, instituyó una nueva categoría llamada Sport Prototipo, la cual con un reglamento diferente del TC iba a disputar exclusivamente carreras en autódromos (que por otra parte comenzaban a proliferar, con el Oscar Cabalén en Córdoba, El Zonda en San Juan, y un autódromo ubicado en la casi desconocida localidad de Maggiolo, a escasos kilómetros de Venado Tuerto al sur de Santa Fe). Por su parte, se mantenían las pruebas en ruta para el Turismo Carretera, con una reglamentación algo difusa que iba a causar problemas a más de uno.
Equipo Ford
Luego de construir unas cuantas Liebres, en setiembre de 1968 un hecho iba a cambiar su rumbo: firmaba contrato con Ford Motor Argentina para construir los Sport Prototipo y TC del equipo oficial de la marca. En total seis autos: dos Sport Prototipo y cuatro TC. De ellos, los dos primeros y dos TC conformarían el equipo Ford, en tanto los otros dos TC se venderían a pilotos particulares.
Entretanto, se iba conformando el equipo. Carlos Reutemann, que venía de un buen año anterior con el Falcon “angostado” y Carlos Pascualini, fueron los designados para correr en Sport Prototipo, en tanto Jorge Ternengo y alternativamente Carlos Reutemann o Carlos Pascualini lo harían en TC con los Halcón. Sobre este auto, cabe decir que si bien en aspecto es casi igual al Huayra, debido a cuestiones reglamentarias era 19 centímetros más largo y además poseía un chasis -réplica del que equipaba por entonces al Jeep Bronco- además de tener llantas más angostas, entre otras diferencias. Por su parte, se disponían otros dos Halcones para Bautista Larriestra y Dante Emiliozzi, en carácter de pilotos particulares con apoyo de fábrica.
Durante enero y febrero de 1969 se trabajó a destajo y al mes siguiente el primer auto comenzaba a probar en ruta con el mismo Heriberto Pronello al volante y también a girar en el Oscar Cabalén. La idea era ir adaptando los motores al nuevo auto, mientras se buscaba una mayor potencia y desarrollo de los mismos. Sin embargo, aparecieron los problemas. El 22 de marzo Pascualini tuvo una salida de pista violenta en el citado autódromo cordobés, dañando bastante al Huayra, y de inmediato comenzaron algunas críticas hacia Pronello, que iban a recrudecer cuando el 22 de abril, probando en Buenos Aires, se produce un incendio que destruye en forma casi total el auto. A comenzar de nuevo. Sin embargo, Ford mantuvo su apoyo.
El debut
El debut recién se produjo el 18 de mayo en el Oscar Cabalén. Los Huayra de Reutemann y Pascualini empataron el segundo puesto de clasificación, aunque debieron abandonar por problemas mecánicos. En la carrera siguiente disputada en Rafaela el 22 de junio, se iba a producir el único triunfo absoluto.
Ya en las pruebas de clasificación demostraron que eran los autos a vencer, lograron el uno dos, la pole para Reutemann a un promedio de 231,223 km/h, seguido a 7 décimas por Pascualini.
Al día siguiente, desde el mismo momento de la largada de la primera serie a 40 vueltas, los dos autos azules se fueron adelante, tirando juntos y literalmente copiando los tiempos (empataron el récord de vuelta a 225,583 km/h), hasta que promediando la misma se quedó “Lole” por problemas mecánicos.
Carlos Pascualini ganó la serie por casi un minuto de ventaja sobre Juan Manuel Bordeu, y también se impuso en la segunda serie, con lo cual se adjudicó la prueba a un promedio de 216,078 km/h, récord para ese año en Sport Prototipo.
En esa carrera debutó Jorge Ternengo con un Halcón, debiendo también abandonar la carrera. Al respecto, recordaba Pascualini mientras admiraba el Huayra recién terminado en el autódromo: “Me acuerdo que nos zambullíamos en los curvones casi a 300 km/h, fue cuando anduve más rápido arriba de un auto de carrera. Sin embargo el Huayra se agarraba muy bien, estaba equilibrado, doblaba y frenaba en forma impecable. Sin dudas fue el triunfo más importante de mi carrera”.
En 1970 continuaron corriendo los Huayra en Sport Prototipo, aunque con la versión spider, porque el nuevo reglamento ya permitía autos abiertos. Si bien los motores fueron más confiables, no tenían la misma superioridad del año anterior y perdieron protagonismo.
Esta participación fue decayendo al año siguiente, al igual que el interés de las fábricas por la categoría, la cual iba a terminar, casi moribunda un par de años más tarde. Corrieron también con Huayra, Federico Urruti, Osvaldo “Cocho” López, Francisco “Paco Mayorga” y Héctor Luis Gradassi.
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