Cada mes, la veterinaria situada en bulevar Vélez Sarsfield al 1200 le entrega bolsones de alimentos balanceados a la Escuela Pablo Sexto, anexo Instituto de Discapacitados Auditivos (IDA).
¿Qué hacen los chicos con esa mercadería? La fraccionan para colocarla al público para su venta.
Ayer, acompañados por las docentes Liliana Pagola y Cecilia Alberdi, los pequeños concurrieron a la veterinaria a agradecerles.
Allí fueron recibidos, entre otros, por el médico Manuel Fernández.
“Todo comenzó en 2010 con alumnos de Cecilia. El grupo necesita ‘trabajar’, más allá de las cuestiones de cuaderno, es decir, académicas”, explicó Pagola.
“Son actividades funcionales, una preparación que les es útil”, indicó la docente.
Los profesionales veterinarios le entregan a los alumnos bolsas de 25 kilos cada mes, las que los niños fraccionan en bolsas de medio kilo y de un kilo, que el local coloca en mostrador para la venta al público.
“Parece sencillo, pero es un gesto que tiene todo un sentido. Los chicos colocan el balanceado en bolsas, las pesan, le escriben las etiquetas y las pegan”, remarcó Liliana, ilustrando así la importancia de la actividad para los chicos, quienes se sienten útiles realizándola.
“Todo este proceso incluye la visita a la veterinaria, con una caminata porque venimos hasta acá a pie. Y estas bolsitas que ellos armaron se venden”, recalcó Pagola en su charla con EL DIARIO. “Algunas se venden en la escuela, a los padres de los chicos”, agregó.
“Nosotros valoramos la posibilidad que le dan a los niños con un trabajo que es útil. Por eso enfatizamos que la solidaridad no pasa sólo por grandes donaciones, estos gestos como el de la veterinaria tienen mucho valor”, declaró.
“Vinimos a planteárselo a los chicos de esta veterinaria y ellos aceptaron sin condicionamientos, por lo que agradecemos su solidaridad”, manifestó.
Manuel, ante los elogios, remarcó: “No quiero aparecer públicamente, no lo hacemos para figurar en nada, a nosotros no nos cuesta nada, al contrario. Como parte de la sociedad, nos corresponde dar una mano”.

Contentos

Los pequeños se mostraron contentos al encontrarse con animales, como un gato y un perro cachorro.
Abigail de 8, Luis de 11, Valentín de 11 y Ana Adela de 12, también se exhibieron alegres al enterarse de que saldrían en las páginas de este medio, cuando Pagola les explicó.
Los chicos también hacen lo propio con sahumerios que son otorgados por otro comercio de la ciudad, que colabora así con la integración.