“Reconozco como progreso de nuestra sociedad el lugar que tiene hoy en los debates públicos, en la actividad de las ONG y en las políticas del Estado todo lo referido a los derechos humanos. En sintonía con este movimiento es que se hace urgente reafirmar y gritar que el primer y fundamental derecho es el derecho a la vida.”
Palabras del sacerdote católico Gustavo Gatto. Actualmente en Villa Nueva, el cura párroco sostuvo que “sería una contradicción la defensa y la lucha por los derechos humanos si no declaramos que el primer derecho es a la vida, el derecho a nacer; si no luchamos por quien es indefenso e inocente en el vientre de su madre, el niño por nacer”, en un pronunciamiento que se da en el contexto del debate instalado por las organizaciones que buscan la despenalización del aborto.
“Defender y celebrar la vida desde su concepción no es en primer lugar una cuestión religiosa, sino profundamente humana. Desde el comienzo mismo de la fecundación - nos enseña la ciencia- desde el instante en que al óvulo le llega toda la información que se contiene en el espermatozoide existe un ser humano”, resaltó. “Un ser totalmente distinto y original, en el cual se encuentra todo su programa genético y de desarrollo, autónomo, con la misma dependencia que nosotros tenemos con el medio en el que vivimos”, añadió.

"Ninguna ley..."

El pastor aseveró que “ninguna ley o norma del Congreso Nacional puede alterar el contenido de la Constitución Nacional en cuanto protege a la persona humana desde la concepción, ni su correspondiente derecho a la vida garantizado por la misma Constitución y por los tratados internacionales incorporados a nuestra Carta Magna con jerarquía constitucional (como, por ejemplo, la Convención Americana de Derechos Humanos)”.
“Sin duda que la fe en el Dios de la Vida manifestado en Jesucristo, nos regala una mirada profunda sobre la dignidad de cada persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios y llamada a ser Hija de Dios. Nos dice la Biblia: ‘Antes de haberte formado yo en el vientre materno, te conocía’ (Jeremías 1,5) y ‘mi embrión veían tus ojos; en tu libro están inscriptos los días que me has fijado; sin que aún exista el primero’ (salmo 139, 6)”, declaró.
Gatto advirtió que “ninguna vida es desechable, ninguna vida es descartable, la vida es siempre un don y un regalo. En los debates actuales se polariza el derecho a la libertad a elegir en desmedro del derecho a la vida, que sin lugar a dudas es el primero y fundamental. No hay libertad sin vida”.
El sacerdote invitó “a todos a ser promotores de una verdadera cultura de la vida, que se hace cargo de las situaciones difíciles de muchas mujeres que viven en circunstancias límites, pero que sobre todo declara y defiende el primer derecho, sin el que ningún otro derecho tiene sentido, el derecho a la vida, el derecho del niño por nacer”.