Mónica Sonzini (Partido Obrero), Marcelo Fita (Movimiento de Acción Vecinal), Néstor Gea (MST-Proyecto Sur) y Miguel Olaviaga (UCR) se hicieron presentes anoche en el establecimiento educativo de calle Estados Unidos, sin que les importara que el asueto dispuesto en horas de la tarde mermara el número de asistentes. Fueron respetuosos entre ellos y con los tiempos establecidos por los organizadores, para exponer sus ideas en temas medulares como la cultura, la educación, las políticas para la creación de empleo, las viviendas sociales, la seguridad, el tránsito, las políticas para la juventud, la ancianidad, las personas con capacidades diferentes...
También lo fueron a la hora de atender las preguntas finales de parte del público, en este debate de candidatos que el Instituto Nacional de Enseñanza Superior del Centro de la República (Inescer) ha transformado en un clásico desde su fundación, en 1987.
Faltaron los otros seis aspirantes a dirigir los destinos de la ciudad, de los cuales el único que lo hizo con justificativo fue Silvio Molina (PI-Movimiento Evita), quien sufrió una grave pérdida familiar que todos lamentaron.
El clima imperante fue absolutamente propicio para el despliegue de la batería de propuestas de cada uno (que han dado a conocer también a través de las dos páginas que EL DIARIO dedicó a cada uno). Hubo diferencias y hubo coincidencias (por ejemplo, a la hora de expresar el acuerdo en la necesaria modificación de la Carta Orgánica). Y fuertes críticas fundamentalmente dirigidas a dos de los poderes locales: el Ejecutivo y el Judicial.
En ese ámbito civilizado también pudieron expresar su idea a través de una pancarta los integrantes de la Juventud Guevarista (“No vote, luche. Si el voto cambiara algo, sería ilegal”).
Lo dicho, la sana costumbre del Inescer de invitar al debate, tuvo eco esta vez en cuatro candidatos con ganas.