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| La Policía entrevistó a varios testigos en la puerta del sanatorio |
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Una violenta escena que se desarrolló, primero en el interior y luego en las afueras del sanatorio privado Gregorio Marañón de esta ciudad causó conmoción entre el personal del centro sanitario, los ocasionales pacientes y visitantes y quienes acertaban a pasar frente a la puerta del sanatorio por la calle Catamarca.
Un ataque de nervios
Es que un hombre de 40 años previo amenazar a los médicos apuntándolos con un revólver marca Doberman calibre 32 largo con la numeración limada, salió a la calle efectuando disparos al aire, presa de una crisis nerviosa.
Poco antes, el sujeto había recibido la noticia del deceso de su madre, quien había sido intervenida quirúrgicamente, había fallecido.
Allí, intentó suicidarse ante la mirada atónita de los ocasionales testigos. Pero uno de ellos se lo impidió propinándole un empujón.
De ese modo, el alterado individuo llegó a la vereda efectuando los ya mencionados disparos.
Dos jóvenes lograron quitarle el arma, pero, aún furioso, el hombre cruzó la calle y logró estampar con mucha fuerza su puño contra el parabrisas de un automóvil que estaba estacionado enfrente, rompiéndolo.
Finalmente, fue detenido por la Policía, como así también, en virtud de la confusión que se había generado, lo fueron los dos jóvenes que habían intervenido poco antes para tratar de contener al enceguecido sujeto.
Poco después, los jóvenes fueron puestos en libertad.
No así, el encolerizado individuo de 40 años que efectuó los disparos al aire. Este quedó alojado en la dependencia policial a disposición de la Fiscalía de Instrucción del Tercer Turno, bajo los cargos de “tenencia ilegal, de abuso y disparo de arma de fuego”, indicaron fuentes de la Policía local.
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