Escribe: Fabio Morisetti

En un partidazo de principio a fin, Rivadavia y Atlético Ticino igualaron en tres goles y dejaron la definición para el cotejo revancha.
En 15 minutos, el “Verde” parecía tener todo cocinado, pero entre su propio quedo y el repunte albirrojo, casi se lamenta con las manos vacías. En el medio, un encuentro plagado de emociones bajo una neblina que tornaba virtualmente invisible la parte más alejada de la cancha.
El elenco de José Luis Danna salió mejor parado, con Lucas Damiani ganando en el medio y distribuyendo con criterio y un Lucas Barengo encendido que marcaba diferencias.
Así, a los cinco minutos, Barengo escapó por izquierda y metió un medido centro que terminó en la cabeza goleadora de Juan Peretti.
En la jugada siguiente, Barengo hizo una buena acción personal, pero perdió ante el achique de Diego Fantino, cuando el local ya se relamía por segunda vez. No obstante, el grito de desahogo llegó a los 14', cuando Nicolás Domínguez remató y Barengo se aprovechó del corto rebote dado por Fantino... Eficacia ciento por ciento para sacar dos goles de diferencia.
Rivadavia se apoyaba en su arquero Marcelo Berardo (a los 11' tapó en forma magistral ante Emanuel Coria) y en la seguridad de su defensa como para justificar la ventaja. Sin embargo, de a poco se dio vuelta la historia.

Cambiante

Al mismo momento en que el Atlético crecía, el local empezaba a mermar su rendimiento. Barengo prácticamente desapareció y ya Damiani no se movía cómodo en el medio.
Así, a los 19' Berardo alcanzó a rechazar un cabezazo de Serda en contra de su valla y dos minutos después, estuvo fantástico ante un remate cruzado de Esquivel que rechazó con el pie.
Sin embargo, tanta presión dio resultado pasada la media hora, cuando Bettiol metió un cabezazo que dejó sin chances al arquero y puso otra vez en partido a la visita.
Los cabralenses, lejos de despertarse, siguieron sumidos en una increíble siesta y a los 40', un grosero error de Villagra permitió que Russo escapara en soledad y prácticamente se la diera a Coria para que la empujara y marcara el empate.
Si algo de emoción le faltaba al primer tiempo, dos minutos antes del pitazo final Villagra cometió un infantil penal (lo tomó claramente a Bianchi) y Russo no falló desde los 12 pasos.
Cuarenta y cinco minutos cambiantes hicieron que el Atlético se fuera al vestuario ganando un partido que tenía casi perdido.
Después Rivadavia, durante gran parte de la segunda etapa, no encontró la brújula que lo orientase hacia Fantino. Los minutos pasaban y la desesperación local crecía sin que siquiera intentase acercarse al área rival.
Recién con el ingreso de Cechini pudo empezar a hacer pie y a dominar, aunque más no fuera territorialmente.
A los 26' Vílchez estuvo cerca con un cabezazo y, diez minutos después, una combinación entre Coria y Páez no terminó en gol porque ninguno se animó a pegarle en tiempo y forma. A los 38' fue Russo quien no pudo definir, y así a los de Crespo se les fue el tren.
El local, que estaba para el cachetazo, resurgió de la mano de Barengo, que dejó su letargo y metió una asistencia bárbara para dejar en soledad a Peretti, quien definió con tranquilidad ante la salida de Fantino.
Y por si fuera poco, Rivadavia también lo pudo ganar, pero Domínguez remató al primer palo y Fantino controló abajo. Claro que también estuvo a punto de perder, porque -en el descuento- Olmedo se sacó a un rival de encima y, frente a Berardo, remató muy alto.
Así, casi sin poder verse el balón por la densa niebla, terminó un partidazo con resultado incierto hasta último momento. No se sacaron diferencias y es acorde a lo que mostraron en el campo de juego, donde ninguno lo supo ganar, pero tampoco merecieron perder.

"Parejo"

El delantero de Rivadavia, Juan Peretti, una de las figuras de la tarde cabralense, comentó que el partido "fue parejo" y que, más allá del resultado, "las chances están iguales para los dos equipos".
"No es una cancha fácil la de Ticino, pero el resultado está muy abierto. No sé si nos sirve; allá será una verdadera final", afirmó Peretti.
Sobre su gol del final, Peretti contó que "estaba tranquilo".
"Sabía que todo puede llegar en un partido, así que estuve tranquilo y, por suerte, marcamos el empate porque no merecíamos perder", indicó.

La figura

Por la incidencia en el resultado, Juan Peretti fue lo más trascendente del partido. El grandote marcó el primer gol y definió muy bien sobre el final del cotejo para poner otra vez a su equipo en carrera.

El árbitro

Buen arbitraje de Diego Gallo. Le tocó en suerte un partido muy complicado y lo sacó adelante. Acertó en las amonestaciones y en la sanción del penal. La única falla fue una amarilla a Damiani por una agresión sin pelota cuando hubiera correspondido la expulsión.