"Invertir en ladrillos es lo más seguro". La frase no es un eslogan inventado hace dos meses; es más, tiene muchos años. Probablemente, casi tantos como la propiedad de inmuebles, y de ella se desprende toda una cultura que abarca, inclusive, el también ancestral sueño de la casa propia. Es decir que la clásica, por no decir remanida, frase con la que se inicia esta nota, encierra un sentir común de raigambre cultural bien profunda; y la prueba está en la calle. Basta dar una vueltita por Villa María para comprobarlo. Es que cuando los plazos fijos zozobran; cuando apostar al dólar es arriesgado; cuando guardar la plata en el colchón no es seguro; allí, el que puede, construye - "los ladrillos siempre van a estar ahí, valgan más, valgan menos", dicen - "se ven, se tocan", son un capital palpable. Y además, como bien lo refleja la explosión de la construcción en la última década, resulta asimismo un buen negocio puesto que la vivienda es y será siempre un bien de primera necesidad.
Y así es como, de la mano del boom de la construcción, creció la oferta de puestos de trabajo, se incrementaron también las industrias relacionadas con la vivienda: ladrillos, cemento, aberturas, sanitarios y demás.
Y desde luego, con esta realidad imperante, creció el número de personas dedicadas a la compra y venta de inmuebles.
Este último hecho, que podría ser, quizá, tan auspicioso como los antes mencionados, genera, sin embargo, cierta polémica y alguna confusión que las autoridades del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la provincia de Córdoba, Delegación Villa María, se proponen aclarar (ver recuadro "Polémica").

Más allá de Wall Street

Más allá del sostenido conflicto que mantuvieron los productores agropecuarios (principales inversores en bienes raíces en la ciudad) con el Gobierno nacional y la crisis financiera en la que está sumergido el mundo por estos días, aunque el receso en la actividad de venta inmobiliaria se nota, todavía sigue habiendo demanda y en ciertos sectores de la Villa ya casi no quedan terrenos para vender o comprar. Por caso, los barrios Palermo y Mariano Moreno son sectores en los que más se cotiza una parcela de tierra de tamaño estándar (10x30 metros).
Y los corredores consultados por EL DIARIO coinciden en asegurar que en Villa María se seguirá construyendo y que hay casi plena ocupación de los departamentos que se construyen. Eso sí, "ha cambiado la cultura de la construcción. Ya casi nadie quiere construir casas. Todos buscan propiedad horizontal. De este modo, rinde más el espacio", explican.
"Sólo en algunos lugares, donde existen proyectos de countries que no llegan a ser tales, se construyen casas. Y la verdad es que hacen falta. Hay una necesidad imperiosa de vivienda social, para que todas las personas que tienen un ingreso de dinero mensual medianamente aceptable, pueda tener su casa propia", dicen.

POLEMICA

El hecho que dispara la polémica es la existencia de la Tecnicatura Superior en Administración de Bienes, carrera que se dicta en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
“Se presta a confusión, porque la carrera en cuestión no habilita a aquellos que se reciben a hacer el trabajo de martillero o corredor público, aunque, en este momento, los corredores públicos sean, más que nada, corredores inmobiliarios. El Colegio no avala esta Tecnicatura”, dicen desde la entidad.
“Queremos dejar en claro que para que cualquier operación comercial o contractual de este tipo sea legal, debe estar firmada por un martillero matriculado y colegiado. Y ninguna persona que haga esta Tecnicatura lo es, de modo que ni siquiera debería cobrar honorarios, que representan un porcentaje de la transacción. En el caso de edificios, el 3% de cada parte. En el caso de terrenos, el 5% de cada parte de la operación. Ni más, ni menos”, agregan.
“Es verdad que cualquier persona puede vender un inmueble, pero no todas pueden dar garantía legal de que el negocio se haya realizado conforme lo estipula la ley. Por eso creemos que la cuestión se puede prestar a confusión, cuando no a engaño. No negamos que la preparación profesional que puedan tener estos estudiantes sea muy buena; tal vez, mejor que la de un martillero matriculado. No es una cuestión de idoneidad; es una cuestión legal”, puntualizaron las autoridades del Colegio.
“Por eso, queremos decirle a la gente que tome sus precauciones y que, ante cualquier duda, consulte con el Colegio de Martilleros, ubicado en La Rioja 1225. Allí lo asesorarán sin cargo.  O puede llamar al teléfono (0353) 4527418. En el Colegio  se encuentra a disposición de los ciudadanos el listado de profesionales matriculados avalados por la entidad y la Justicia para realizar operaciones inmobiliarias.”