Con las 20 bolsas que donó la familia de Eva Tocaccelli, la docente de varias instituciones de la ciudad fallecida el año pasado, se completó la carga de la campaña Libros para el IPEM 218 “Juan Bautista Bosio” de Pasco. La directora del establecimiento de educación técnica agropecuaria, Rosana Roganti y la profesora Valeria Lobatón recibieron a Alberto Martínez, miembro del Consejo de Administración de la Cooperativa de Trabajo Comunicar, editora de EL DIARIO del Centro del País, disparadora de la colecta que los lectores, como cada vez que la solidaridad hace sonar la campana, hicieron propia.
El 12 de abril, 5 minutos antes de las 8 y que el timbre anunciara la entrada de los alumnos a las aulas, justo después que muchos de ellos ya hubieran abandonado el comedor tras el desayuno, las llamas destruyeron el internado. Pocos objetos se salvaron gracias al valor que le habían dado los integrantes de la comunidad educativa a los mismos, resguardándolos en cofres y estructuras que con sus propias manos fabricaron, las mismas manos que hoy vuelven a recomponer ese estado de condiciones para el dictado y el aprendizaje. Pero también el de apropiación y pertenencia. "No es una escuela de muchas carencias", insistió la directora, pero marcó que "los chicos sintieron un gran dolor por todo lo que se quemó".

Hay material

Los estudiantes del 2º y 3º Año de esa institución rodearon la camioneta y se dispusieron en cadena para descargar los paquetes, los que fueron acomodados en una habitación de la casa que la familia de Daniel y Viviana Crosetto le prestan desinteresadamente a partir del día siguiente del siniestro.
Los pibes pasaron de mano en mano las cajas y bolsas y dentro de la vivienda las fueron acomodando con cuidado los ejemplares, de variada temática y género, tanto literarios como de textos escolares, constituciones, al menos un Código Penal, bíblicos, valiosas colecciones, atlas, etc. Fueron colocados en mesas y estantes contruidos por docentes y alumnos con las partes que rescataron de las cuchetas que alcanzaron las llamas.
En otra habitación descansan casi la mitad de los libros rescatados que componían la biblioteca, los que a pesar que intentaron limpiar y ventilar aún conservan el lomo negro del oyin e impregnado ese olor penetrante, el que juran despojar. "Queremos guillotinar los perfiles y poder volver a utilizarlos", planteó la profe de Lengua, pero para ello necesitan la herramienta adeucada, claro está.
Mientras, el pueblo ayuda, la región ayuda y la escuela se levanta, entre todos.

Nuevo edificio

A pocas cuadras de allí, hacia el norte del radio urbano, uno de los predios donde el IPEM tiene instalada lo que sería la granja, el sueño se levanta. Es que, aunque sorprenda, ya está en marcha la construcción del nuevo edificio del internado.
A pocos días de haber sicedido el incendio, el Gobierno provincial se hizo cargo y una empresa arribó a la localidad, comenzó con los trabajos de medir y nivelar el terreno y ayer una cuadrilla avanzaba ya con las cargas de hormigón.
La estructura tendrá capacidad para 78 camas y los sanitarios necesarios, un comedor de amplias dimensiones, la cocina y un hall de ingreso considerable también.
La directora mostró su entusiasmo en representación de los chicos. La obra de internado tiene un plazo de ejecución de cuatro meses, por lo que de no existir demoras, como las que puedan derivar de las inclemencias meteorológicas, antes de fin de año estarán cortando la cinta en la inauguración.