Un día no muy lejano, cuando las calles de esta ciudad sean caminadas por hombres y mujeres de otros países y sea común descubrir raros acentos pronunciando el español cotidiano, se entenderá la enorme proyección del CELE en la internacionalización de Villa María como ciudad y de su universidad como centro educativo.
De hecho, lo de las calles repletas de extranjeros no es una imagen de ciencia ficción. Hace exactamente un año, un contingente de 45 brasileños venidos de Minas Gerais y Santa Catarina, copó la ciudad durante todas las vacaciones de julio. Fue, sin dudas, el primer ensayo de orquesta. Y para estas vacaciones se espera, nuevamente, la llegada de estudiantes del vecino país.
Pero, ¿qué es concretamente el CELE? ¿Cuándo y por qué nació? Para responder a estas preguntas, está su directora Estela López Favre, “teacher” y traductora de inglés, quien nos hace pasar a su despacho equipado con mapas, libros y un pizarrón inmenso.

From “Villa María Town”

“Este Centro es un desarrollo estratégico creado en 2005 por el Instituto Académico y Pedagógico de Ciencias Humanas (IAPCH) adelantándose a una necesidad a punto de aparecer”, comenta Estela. Y sin dudas que esta idea, la de “adelantarse a una necesidad”, hace pensar también en la ciencia ficción. Pero en realidad sólo es proyección consciente de una universidad que nunca se quiere quedar atrás.
“Muy pronto, la mayoría de las universidades nacionales de nuestro país iniciará su etapa de internacionalización y queremos estar preparados. Para eso se necesita contar con un entorno que asegure, desde el punto de vista del uso del español, la adecuada inserción académica de los estudiantes extranjeros en las aulas. Y de esta responsabilidad se ocuparía el CELE”, manifiesta la directora.
Vale decir que la UNVM no sólo quiere ofrecerse como alternativa para que los extranjeros aprendan el español, sino para que cursen cualquier carrera…
-Exactamente. Porque esta universidad va a ir creciendo cada vez más. Y en esto, el aporte de los estudiantes y docentes de otros países será invalorable. Pero sabemos que los cursos de español serán la gran puerta de entrada para esos nuevos estudiantes.
En este punto, ¿Villa María corre con ventaja sobre otras ciudades?
-Claro. La posibilidad de vivir en una ciudad tranquila, segura, con un entorno educativo contenedor y recibir clases prácticamente personalizadas, no es algo que encontrás en cualquier lugar. Así que desde esta situación académica y desde esta realidad humana estamos ofreciendo nuestra universidad, intentando abrirnos al mundo.

Rigurosamente formados

Sin embargo no es tarea fácil enseñar la lengua nativa a los extranjeros. Y a esto los docentes de idioma lo saben mejor que nadie. Este es un desafío que requiere una preparación especial además de mucha vocación. Pensando en esta necesidad, el IAPCH ofrece un programa de formación: el Profesorado en Lengua para el Tercer Ciclo de EGB y la Educación Polimodal.
“Había que responder a la necesidad de capacitación en Español como Lengua Extranjera (ELE) y el CELE se hizo cargo”, señala Estela.
Felizmente, hubo dos iniciativas gubernamentales que favorecieron la creación de estos centros. Por un lado, la política nacional de apoyar la acreditación de ELE generó el CELU (Examen de Español, Lengua y Uso), que cuenta con reconocimiento internacional y se administra regularmente en diversos países (la UNVM es sede del Examen CELU desde 2009). Por otro lado, las políticas de apertura del Gobierno provincial pensadas para el desarrollo del área de Turismo Idiomático. Estas llevaron a promocionar a Córdoba como destino turístico y el "aprenda español" como un valor en sí.
Según un estudio de la Secretaría de Turismo de la Nación, anualmente llegan a Argentina 35 mil extranjeros con el objetivo de estudiar el idioma. La mayoría son profesionales y estudiantes universitarios de entre 22 y 40 años. Las estadísticas indican que vienen principalmente de Estados Unidos (26%) y Brasil (22%).
Es, quizás, a la luz de estos números, que el CELE no pretende circunscribirse sólo a estudiantes. “Tenemos la idea de incorporar cursos para empresarios. Por eso es que tenemos este pizarrón tan grande, porque en cualquier momento hay que dar una clase a todo un curso”, concluye Estela. Y acto seguido señala el muro verde pensado para desplegar el conocimiento de manera horizontal; pero sabiendo que el centro que dirige y la universidad de la cual forma parte se despliegan hacia adelante en el tiempo, como en una fabulosa película del futuro.
Iván Wielikosielek
Especial UNVM
www.humanasvm.com.ar