Triste como la mañana misma de ayer -invierno puro y duro- fue la noticia que nos caló el alma: murió Juan Chiantore.
Sí falleció el abuelo de muchos. La muerte, siempre la muerte, que nos dio otra fuerte bofetada.
Juan Chiantore creció casi a la par de nuestro querido Cuartel de Bomberos Voluntarios. Era amigo personal de Bautista Gianinetto, quien lo convocó para integrar las primeras comisiones directivas.
El que nos deja es un hombre ligado a la producción, a la industria local, junto a su hermano Victtorio. Más de medio siglo al servicio de cumplir lo que parecía un sueño inalcanzable: fabricar gas carbónico en Villa María.
No sólo que lo consiguieron, sino que llegaron a constituirse en una firma reconocida a nivel nacional.
Y hasta el barrio Barrancas del Río creció al influjo de ese establecimiento, que “estiró” la ciudad en dirección a la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos.
Juan Chiantore fue siempre solidario... Se nos fue el último socio benemérito de los Bomberos; institución que amó y que nos enseñó a amar, a respetar desde cada lugar que nos tocó ocupar, en esa amalgama que forman la tropa y la comisión Directiva, administradora de los recuerdos.
Estimado Juan, en los cincuenta años de tu empresa, vi cómo cosechaste el afecto de cada uno de los empleados, distribuidores y amigos. Se acercaban a saludarte a vos y a Victtorio, casi con un gesto de hijos, más que de amigos.
Es que los Chiantore son de esa clase que no puede estar tranquila si no tiene los impuestos al día, siempre haciendo transacciones transparentes; todo a la producción y nada a la especulación...
De pocas palabras, pero de sonrisa fácil, Juan.
Los amigos del Club Argentino de Servicio saben que se fue de viaje, pero siempre estará.
A sus familiares, que sientan el orgullo de que ese abuelo para muchos, será recordado como un gran tipo, que devolvió a su querida ciudad todo lo que recibió de ella y más.
Nosotros, sus amigos bomberiles, sabemos que estará ya con Bautista Gianinetto, con la Mula Mulinetti, Efraín Flores, Chiche Cohen, Polo Marsili, José Felipe y mi viejo, entre otros que lo aguardaban, para seguir cuidándonos desde el cielo...
Amigo, te vamos a extrañar.
Miguel Angel Sponer
Bombero Voluntario