“Cuando le pidió algo para calentarse le dijo que prendiera un bracero porque la estufa gasta mucha corriente”, reveló ayer tarde a EL DIARIO el tío de la pequeña fallecida y hermano de la madre, Mario Ledesma, dejando al desnudo la situación que salió a la luz con la muerte de Sabrina, la beba de sólo tres meses de edad, acaecida durante el primer fin de semana del corriente mes en un campo situado a 2,5 kilómetros de James Craik.
Ayer, el padre de la infortunada niña, el bellvillense Mariano Rodríguez, estuvo en Villa María acompañado por un familiar y denunció la situación irregular ante la delegación local de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), al tiempo que se aprestaba realizar lo propio en la oficina del Ministerio de Trabajo con sede en Villa María.

La denuncia

En la AFIP receptaron la denuncia del atribulado padre, el jefe de la Dirección Regional Río Cuarto de ese organismo fiscal, contador Marcelo Giovagnoli, y el funcionario Nelson Rebuffo, ante quienes expuso que “hace aproximadamente un año trabaja bajo las órdenes de Elvio Hugo Bono, para quien desarrolla tareas de cuidados de animales”, en “un campo de 60 hectáreas ubicado en la zona rural de James Craik, cuyo ingreso se encuentra en frente del cementerio” de la mencionada localidad.
Precisó que él, su esposa, y los hijos “viven en dicho campo en una vivienda que antes funcionaba como palomar, que no tiene luz eléctrica, no tiene agua, no tiene baños internos ni externos”, tampoco tiene separaciones (en el interior), “siendo un ambiente único cuyas dimensiones son de 3 por 4 metros” y que el techo estás en tan malas condiciones que, “cuando llovizna, ya entra agua”, reveló a EL DIARIO.
Rodríguez puntualizó ante la AFIP que “no tiene llave de acceso para entrar o salir del predio rural, o sea que la tranquera está cerrada con llave”, a tal punto que el domingo pasado, cuando se produjo el fallecimiento de su hija “la ambulancia no pudo ingresar al campo porque no tenían llave para abrir la tranquera”.
Asimismo, Rodríguez expuso ante la AFIP que “percibe una remuneración que oscila entre los 800 y los 1.000 pesos cada treinta o cuarenta días, sin recibo de sueldo, sin aportes jubilatorios, ni obra social”.

El frío

Tras la helada noche del sábado y madrugada del domingo pasados, cuando Rodríguez había salido del palomar que habita, su mujer lo siguió detrás para darle la infausta noticia: la más pequeña de los cuatro hijos había fallecido (“estaba moradita”, reveló una fuente policial a EL DIARIO).
El resultado de la autopsia precisa, también en letra fría, que el deceso de la menor se produjo por “muerte súbita”.
“¿Pero súbita por qué...?, preguntó el tío de la nena. “Lo primero que hay ver es qué le han dado para vivir...”

La sensibilidad de Borges

A los medios locales llegan decenas de noticias al día. Cada una impacta diferente en los comunicadores. Claudio Borges es el joven productor de una radio local que no quiso que la muerte de Sabrina terminara así, sin más. Se formuló muchas preguntas en las horas posteriores al caso, de noche y de día, y comenzó a investigar, hasta que dio en James Craik con allegados a la familia trabajadora, que había sido marcada en la sangre por este invierno de helado sudor.
Y los puso al aire en la emisora en la que trabaja (Radio Regional) para que contaran la verdadera muerte de frío y se puso a su disposición. Se puso más tarde de pie para acompañarlos por esta ciudad a denunciar el caso ante la Administración Federal de Ingresos Públicos y para conseguirles algún amparo legal, luego de tanta intemperie ilegal, esclava.
La noticia ya volaba por entonces a Radio del Plata y se colaba en el Ministerio de Acción Social de la Nación, que está ahora indagando en el asunto, como otros estamentos públicos.
Sabrina ya no se calentará en brazos. Borges sigue conmocionado, pero además seguro de que esto es lo que quiere ser.