Se viene el 10º Curso Internacional de Agricultura de Precisión y 5ª Expo de Máquinas Precisas a desarrollarse los días miércoles 13, jueves 14 y viernes 15 de julio en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Manfredi.
Durante los tres días, la Red de Agricultura de Precisión pondrá a disposición del público un completo espacio de actualización y capacitación con cinco salones con funcionamiento en simultáneo y una exposición de máquinas precisas con 80 empresas líderes específicas que mostrarán sus productos y servicios en demostraciones estáticas y dinámicas a campo.
En la capacitación estarán cubiertos los temas relacionados con la siembra, fertilización, cosecha, manejo y gestión de datos, trazabilidad de labores, calidad del grano cosechado, transferencia de datos en tiempo real y toda vinculación relacionada con la Agricultura de Precisión y el manejo de cultivos e insumos según ambiente.
El éxito y el crecimiento sostenido que ha tenido este evento en todas sus ediciones lo convierten en el evento de Agricultura de Precisión más grande del mundo, explicó el ingeniero Mario Bragachini, coordinador de la Red del Proyecto Agricultura de Precisión y Máquinas Precisas del INTA.
Esta será una gran oportunidad para que se pueda apreciar en vivo una Red genuina que trabajó durante años coordinadamente para conseguir el liderazgo en desarrollo tecnológico y adopción de Agricultura de Precisión en Latinoamérica.
El acto inaugural del evento se realizará en el auditorio principal el miércoles a las 10.
@ Congreso por los suelos
Esta semana se llevó a cabo el Primer Congreso sobre Conservación de Suelos, en Berrotarán. Entre las diferentes voces estuvo la de integrantes del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
El ingeniero agrónomo Roberto Casas planteó su introducción desde el crecimiento demográfico de la población mundial, para derivar en cómo “avanzó la expansión agrícola y degradación de los suelos pampeanos, la erosión hídrica y eólica, la exportación de nutrientes y acidificación de los suelos, como así también la disminución de la materia orgánica. En un tercer ítem, Casas abordó la agricultura y la vulnerabilidad de los suelos: el marco conceptual; luego pasó a las causas de la disminución de la productividad de los suelos y siguió con la producción sustentable, el control de la erosión, el incremento de la materia orgánica humificada y el aumento de la fertilidad del suelo, para llegar a la siembra directa: hacia una agricultura de beneficios ambientales.
“A pesar de este crecimiento demográfico extraordinario, el incremento en la producción agropecuaria fue aún mayor, aumentando la provisión de alimentos y disminuyendo significativamente las hambrunas”, citó Casas. “Sin embargo, en las naciones pobres existe aproximadamente un 10% de la población humana (unos 600 millones de habitantes) que padece hambre y otro tanto que no recibe alimentos en cantidades suficientes causando problemas de desnutrición que afectan seriamente el crecimiento de los niños y la capacidad de trabajo de los adultos.
Existe actualmente una creciente preocupación mundial por alcanzar una agricultura sustentable. Ello se debe a: a) que los recursos de tierras arables son finitos; b) problemas crecientes y generalizados de degradación de suelos; c) necesidad de preservar el recurso suelo para su utilización a largo plazo; d) efectos sobre el cambio climático y e) crecimiento de la población de los países en desarrollo.
Consecuencia. El crecimiento permanente de la población de los países en desarrollo genera una presión creciente sobre los recursos naturales que conduce a una sobre-explotación de los mismos. La consecuencia directa es la degradación de los suelos, con intensificación de la erosión hídrica y eólica, deterioro de la estructura, salinización, disminución de la fertilidad y desertificación. Los procesos de degradación determinan un descenso de la productividad de los suelos y a veces la pérdida irreversible de la capacidad productiva, aumentando la desnutrición y el hambre en esos países: es lo que se denomina “círculo vicioso de suelos por comida”. Se estima que alrededor de un 30% de las tierras arables (unos 400 millones de hectáreas) están afectadas por diversos procesos de degradación con un incremento anual de 5 a 7 millones de hectáreas. El aumento de las tierras degradadas y de la población mundial, determina que mientras que en el año 1990 existían 0,25 hectárea de tierra arable por habitante, en 2000 esa superficie disminuyó a 0,23 hectárea por habitante. Si este proceso se observa desde la óptica de la productividad global de los suelos, la situación descripta pareciera no ser tan dramática a primera vista, aunque sin embargo debería merecer un análisis profundo y muy cauteloso”, concluyó.
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