Se analiza un interesante artículo publicado en la Revista de Neurología escrito por el especialista J. Castaño.
En el artículo, a partir del análisis de cuatro casos clínicos con trastornos de aprendizaje evaluados y diagnosticados en el servicio de Neuropediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina, el autor reflexiona sobre los valiosos aportes de la Neuropsicología al quehacer psicopedagógico.
Manifiesta que el estudio de los trastornos cognitivos ha sido abordado por las disciplinas de la Psicopedagogía y las Ciencias de la Educación, con resultados excelentes en la comprensión de la asimilación de los procesos de aprendizaje, pero presentaron dificultades a la hora de encontrar respuesta en el análisis de las bases fisiológicas de las funciones psicológicas, que intervienen en los procesos de asimilación de los conocimientos.
Nos sumerge en el análisis de cuatros casos, en los cuales vislumbra cómo el diagnóstico psicopedagógico sin los aportes de la Neuropsicología no puede comprender la fisiopatogenia de los trastornos de aprendizaje.
El autor expresa que el modelo neuropsicológico aplicado a los trastornos de aprendizaje, asume que éstos son la expresión de una disfunción cerebral específica, causada por factores genéticos, ambientales o sociales que alteran el normal desarrollo y analiza la fisiopatología de los trastornos de aprendizaje y aporta elementos nuevos y relevantes para comprender los mecanismos subyacentes que nos permitan el diseño posterior de los programas de tratamiento.
A continuación les acercamos el análisis textual de uno de los casos del autor:
“Caso 3. Paciente de 15 años de edad, que consultó a nuestro servicio por presentar trastornos de aprendizaje. Su historia escolar mostraba que, desde el comienzo, presentó dificultades de aprendizaje, por lo que recibió tratamiento psicológico y psicopedagógico durante varios años. Repitió el primer curso de la escuela secundaria en dos años consecutivos. La evaluación -realizada a través de la batería neuropsicológica de Luria-Nebraska-evidenció la dificultad en la comprensión de palabras que exigen un adecuado conocimiento del esquema corporal (p. ej. codo). La comprensión de estructuras gramaticales se perturbó, ya que no podía captar el significado de una frase que se infería a partir de una preposición. Así, por ejemplo, al plantearse ‘si tomé el desayuno después de cortar leña, ¿qué cosa hice primero?’, contestaba ‘tomé el desayuno’, ignorando el significado de la palabra ‘después’. Estas dificultades, obviamente, perturban la comprensión de la gramática en el lenguaje, lo cual influye decididamente en su rendimiento escolar. Se considera que la alteración responsable de este trastorno sería la imposibilidad de realizar una síntesis espacial simultánea, que se requiere para el lenguaje y que se atribuye al área parietooccipital del hemisferio dominante. Esta patología forma parte del síndrome de afasia semántica de Luria. También se le realizaron el test de clasificación de cartas de Wisconsin (foto) y el test de atención continua, que no revelaron anormalidades. Se le efectuó un electroencefalograma con distribución del mapa cerebral computarizado, que mostró signos de disfunción en el área parietooccipital derecha.”
En la conclusión el autor analiza que las estrategias terapéuticas que se deberían contemplar para este caso en particular, son las ejercitaciones desde lo espacial sin la participación del lenguaje.
En este caso queda claramente expresado que el déficit radica en la síntesis simultánea de lo espacial con lo lingüístico y por ende la importancia que posee el lenguaje en otras funciones psicológicas, como en este caso lo espacial.
Es evidente que si a este sujeto no se le efectuaba una evaluación neuropsicológica esta dificultad no se hubiera detectado, revalorizando nuevamente cómo los aportes neuropsicológicos enriquecen a nuestro quehacer psicopedagógico.

Mgter. Jorgelina Milanesio
Fuente: Revista de Neurología 2002