Cuando más recrudece la sensación de inseguridad en la sociedad, mayor es la tendencia a armarse para ajercer la autodefensa. Sin embargo, ésa no parece ser una solución ya que, tener armas en la casa, no logra disminuir el índice de delitos contra la propiedad. En cambio, crece la violencia entre los ciudadanos comunes y éste es un hecho que queda demostrado en lo cotidiano.
A la luz de los hechos de sangre ocurridos en los últimos tiempos en esta ciudad -hace dos domingos un hombre mató a su ex esposa, la pareja de ésta y luego se quitó la vida- y en la provincia -hace pocos días un joven policía ultimó a su novia en un departamento de Nueva Córdoba- surgieron varios interrogantes a los que trataremos de dar mínima respuesta en esta nota. ¿Son muchos los vecinos comunes que tienen armas de fuego en su poder? ¿Qué tan fácil resulta conseguir un revólver, una pistola o una carabina? ¿Se ha incrementado la venta de este tipo de armas en los últimos tiempos?
Para intentar dilucidar estas y otras cuestiones, fueron consultados un jefe policial y un armero, quien aseguró que, "si bien el incremento de venta de armas de fuego no es altamente significativo, armas siempre se venden".
"La mayoría, con fines deportivos, para practicar tiro, aunque también se venden armas que se utilizan para cazar y armas para seguridad personal", acotó.

Muchos fierros por "izquierda"

El comisario inspector Abel García, a cargo del Departamento de Investigaciones de la Departamental San Martín de Policía, no vacila en asegurar, antes que nada, que "nadie compra un arma para matar a nadie, al menos, entre gente decente".
Hecha esta salvedad desde el conocimiento que dan los años de trabajo en la fuerza policial, García, quien estuvo al frente en la ciudad del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, reveló que "durante toda la campaña fueron receptadas 836 armas, de las cuales, sólo unas 10 habrán tenido los papeles en regla".
Un dato alarmante que sugiere que es muy importante en cantidad el número de armas de fuego que circulan de manera clandestina, en negro o, por izquierda, como se dice vulgarmente.
Obviamente, no se puede hacer una estadística ni estimar una cifra cierta de la cantidad de armas clandestinas que existen, pero la experiencia policial le hace asegurar a García que "son muchas, muchas...".
Y la cuestión no termina ahí. Según el comisario inspector, la gran mayoría de las personas que acudieron al llamado de desarme propuesto por el RENAR, "era gente de ciudad, la gente de campo no se deshizo de sus armas, por miedo, por costumbre, por muchas razones".
"La mayoría de la gente de campo tiene armas en su casa", agregó García, quien no se animó a asegurar que esas armas estuviesen en regla ante el organismo nacional de control.
Sin embargo, no es tan sencillo tener un arma de fuego de manera legal o por derecha.

Aclarando entre el humo de la pólvora

"Son varios los requisitos que hay que tener en cuenta a la hora de comprar un arma pero, antes, habría que hacer algunas consideraciones", expresó García.
"En primer lugar, cabe señalar que existe una diferencia entre ser legítimo usuario y estar autorizado para portar armas. En el primer caso, uno deber llenar varios requisitos solicitados por el Registro Nacional de Armas (RENAR), debe pasar varios exámenes físicos, psicológicos y de antecedentes policiales y se debe actualizar cada cinco años", explicó el funcionario policial.
El RENAR es el único organismo oficial autorizado para entregar dicha habilitación.
"Cuando uno accede a ser legítimo usuario, puede tener hasta diez armas, pero debe cumplir los requisitos antes mencionados y no puede sacarlas de su casa", dijo García.
"Para conseguir la autorización de portación de armas, es decir, para poder llevarla por la calle, en un maletín o en la guantera del auto, por ejemplo, hay que cumplimentar varios trámites y rendir varios exámenes, más profundos que para ser legítimo portador y además, hay que renovar el trámite todos los años."

Armas de doble filo

Consultado sobre cómo ve que el ciudadano común tenga un arma como defensa, el comisario inspector dijo que "me parece bien que pueda defenderse con el mismo elemento que es atacado. Claro que se debe entender que si le están robando una bicicleta, sin armas, uno no puede disparar. Pero en caso de un robo calificado por el uso de armas, creo que, si el ciudadano se defiende, está bien. Además, lo ampara la ley (ver recuadro Lo que dice la ley)".
Sin embargo, García recordó que, muchas veces, puede salir el tiro por la culata. Y recordó el caso Bonis, cuando un productor agropecuario que fue asaltado consiguió abatir a uno de los ladrones, pero luego fue acribillado por el resto de los delincuentes de la banda.

LO QUE DICE LA LEY

El artículo 129 bis de la Ley 25.886 del Código Penal de la Nación, se refiere a la tenencia de armas en los siguientes términos: "La simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con prisión de seis meses a dos años y multa de 1.000 a 10 mil pesos. Si las armas fueren de guerra (de calibre 38 inclusive para arriba), la pena será de dos a seis años de prisión.
La portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con prisión de uno a cuatro años. Si las armas fueren de guerra, la pena será de tres años y seis meses a ocho años y seis meses de reclusión o prisión.
Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos párrafos que anteceden, fuere tenedor autorizado del arma de que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en un tercio del mínimo y del máximo.
En tanto, el artículo 34 del Código Penal hace mención resguarda o ampara a "quien obrare en legítima defensa".