En 1985, en las primeras luces del período democrático más largo de la Argentina, Raúl Pelliza (50) ingresó a las filas de la EPEC.
"Estaba anotado en la Bolsa de Trabajo", recuerda.
"Mi papá (del mismo nombre) era empleado en la central de barrio Las Playas", cuenta.
Raúl ingresó en la sección de Redes y Distribución de la empresa y luego pasó por la División Ilícitos, donde permaneció dos años.
"Después ya me quedé en Distribución", donde es el jefe principal desde hace ocho años.
En esta área, se lleva el control de las construcciones de obra y el mantenimiento (siempre, claro está, vinculado a la energía eléctrica).
Casado con Viviana Palacios y padre de dos hijas, Renata y Estefanía, Raúl confiesa que le "encanta" este trabajo. "Lo amo, me gusta y lo elijo todos los días", resalta.
Admite que no le gustaría pasar a otra área del ente porque le agrada "la calle, el trato con la gente, el estar en contacto con los vecinos, con el personal y con los usuarios".
Cuando se le pregunta cuáles son las facetas negativas de su labor, no encuentra ninguna. Se muestra en total conformidad con su función y a gusto con su cargo.
Ante la pregunta de cómo encuentra a la EPEC en la actualidad, Pelliza explica que, tal como es de público conocimiento por diferentes declaraciones de dirigentes gremiales, "falta personal en el sector, por lo cual hemos venido reclamando".
"También habría que mejorar algunas cosas de las construcciones edilicias", añade.
"Falta mejorar algunas cuestiones de la entidad en un futuro, y todo eso depende de las políticas que se tracen en niveles superiores", manifiesta.
Hoy, por ser el Día del Electricista, será una jornada no laborable para los empleados de la compañía estatal.
En este sentido, Pelliza dejó un "afectuoso saludo, principalmente a todos mis compañeros del sector y también a los de las restantes áreas, que uno no ve asiduamente pero que nos conocemos todos".