El villamariense Gastón Molina confesó ayer que se va dolido de Alumni después de discutir con un par de dirigentes, por lo que seguiría su carrera en Racing de Córdoba.
El central, de buen rendimiento desde que llegó proveniente de Independiente de Avellaneda, le confirmó a EL DIARIO que tenía intenciones de quedarse en la entidad fortinera, sobre todo porque respeta al entrenador Víctor Riggio, pero dio a entender que sólo podía quedarse si no estaban en el club el presidente Guillermo Morelatto y el dirigente Adrián López, quienes no atendieron su pedido.
“Los dirigentes salieron a decir que yo no hice bien las cosas, pero no es así, al contrario, yo creo que me merecía otro trato porque me lo gané con profesionalismo siempre”, contó ayer Molina.
“Ellos desde hace rato querían que yo firmara contrato por un dinero que no me alcanzaba para mantener a mi familia; como no firmé, empezaron a hablar mal y eso me puso triste; por eso me voy y no volveré hasta que ellos (por Morelatto y López) no se vayan”, agregó el defensor.
Molina aseguró que su intención era quedarse a jugar en Alumni para la próxima temporada.
“Yo quería quedarme, deseché otras posibilidades en los últimos días porque quería seguir, además creo que el ‘Tano’ Riggio es una muy buena persona, pero la situación que viví yo en los últimos días ya superó todo”, añadió.
En ese sentido, Molina contó que ayer terminó discutiendo con Morelatto y luego recibió reproches de López.
“Fue increíble porque parece que el presidente no maneja nada, quien hablaba era el ‘Panadero’, pero les dije que yo no iba a seguir así, por eso hoy mismo (por ayer) viajo a Córdoba porque Racing me ofreció la seguridad que acá no te quieren dar”, apuntó.
En ese sentido, Molina recordó que, en los últimos días, debió salir a trabajar porque no podía mantener a su familia con el dinero que le daba Alumni.
“Acá siempre nos quedaron debiendo y encima estos mismos dirigentes salían a criticar a los jugadores, culpándolos de todo; eso me molesta porque yo vine con gusto; acá me abrieron las puertas cuando no tenía nada, pero tampoco es la cuestión que uno deba firmar contrato por algo que no merezco”, manifestó.
Por otra parte, Molina contó que tenía previsto una charla con Riggio el próximo lunes, pero primero quiso hablar con los dirigentes “porque sabía que la cosa no era muy clara”.
Así, el talentoso central -que supo cosechar muchos elogios por su estilo de juego- confirmó que se va “triste”.
“Considero que me porté muy bien con el club en la parte profesional, siempre estuve, entrené desgarrado, hice la pretemporada también con un desgarro; tuve que salir a trabajar porque no pagaban al día... Se dieron un montón de situaciones que fui llevando sobre la marcha, entonces perdí el nivel de juego, pensando en cómo mantener a mi familia, y lamento haber terminado así”, expresó.
El descontento del central no parece ser aislado. Algunos jugadores, aunque no quisieron hablar por los medios, deslizaron quejas por el trato recibido.
También se había ido mal el volante Ariel Mascambroni (también en Racing), a la vez que todavía hay quienes esperan que los dirigentes lo llamen para resolver su futuro.
De esta manera, Alumni entra en una previa extraña de cara al próximo torneo Argentino A, ya que mientras se apresta a sumar refuerzos, sigue sumando bajas en su plantel. Y no son precisamente bajas de jugadores descartables, al contrario.