El custodio de una empresa transportadora de caudales que hace una semana fue implicado mediante una denuncia pública en una maniobra delictiva, contra su propia compañía, se presentó ayer en EL DIARIO para dar su versión de lo ocurrido y negar de plano que esté involucrado en el delito que se le atribuye.
Se trata de Edgar Osvaldo Acosta, quien trabajó durante casi una década en calidad de custodio para la empresa transportadora de caudales Juncadela SA (Prosegur), llegó hasta nuestra Redacción acompañado por su abogado, Víctor Daghero, para formular su descargo, al tiempo que manifestó que mantiene un cruce de cartas documento con la compañía en cuestión y mañana deberán encontrarse ambas partes en conflicto en el Ministerio de Trabajo local para una audiencia de conciliación.
Lo primero que señaló el custodio es que “no existe denuncia penal en mi contra ni fue sujeto de una investigación interna por los cargos que se me atribuyen, los cuales desde ya rechazo de plano”, señaló el trabajador, quien indicó, además, que “yo nunca toco el dinero, no tengo contacto con los billetes, mi función es vigilar que el chofer con firma que transporta las sacas con dinero esté seguro”.
Acosta indicó que el 1 de julio pasado recibió una carta documento mediante la cual se lo despedía por “causas falsas, inmotivadas y maliciosas”, las que rechazó.
El custodio afirmó, además, que la patronal le atribuye “hechos delictivos que no precisó, cuantificó ni describió ni determinó circunstancia ni monto de los hechos”, explicó el hombre.
El 6 de julio, también mediante carta documento, Acosta respondió a Prosegur que negaba “la comisión de hechos ilícitos y rechazaba el despido y formulaba reserva de iniciar una demanda contra la empresa por el despido inmotivado, por daño moral y por daño emergente, ya que la conducta patronal afecta grave y inmotivadamente su buen nombre y honor, y además, con causa falsa, resolvió el vínculo laboral”, explicó el letrado Daghero.
Cabe consignar que Acosta, quien también es miembro de la Asociación Villamariense de Arbitros de Fútbol, manifestó que “en casi 10 años de servicio como custodio nunca tuve una sanción disciplinaria, al igual que como árbitro, con lo cual todo esto me afecta no sólo psicológicamente, sino también moralmente”, dijo e insistió: “Niego haber cometido o conocer que se haya cometido algún delito mientras yo estaba trabajando”.
Consultado sobre por qué pensaba él que la empresa Prosegur actuaba de esta manera con él, el custodio prefirió no contestar mientras que Daghero arriesgó: “Lo único que se me ocurre pensar es que pudieran querer despedirlo sin pagarle la indemnización que le corresponde, que por cierto supera ampliamente los 100 mil pesos. De otro modo, no le hallo explicación”, dijo el abogado.
Es curioso, asimismo, que Acosta es el único desafectado de su vínculo laboral desde el 1 de julio aunque en la denuncia pública que se hizo eran dos los trabajadores presuntamente implicados en una maniobra de estafa y el otro empleado (el chofer con firma al que se alude en la nota publicada el 20 de julio en la página 56 de nuestra edición), sigue prestando servicios dentro de Prosegur.
Mañana, entonces, podría haber novedades en torno a este caso del que ya hemos escuchado a las dos partes involucradas.
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