Cecilia Fernández reveló a EL DIARIO que en Córdoba hubo un concurso de juez de violencia familiar "pero no rindió nadie".
"Ahora a nosotros, nos dan la competencia sin que se sepa si somos capaces o no", recalcó.
"Es probable que tengamos mejor entrenamiento que otros jueces, pero no hay certeza de si somos capaces o no. Tampoco nadie nos supervisa como seres humanos. Yo tengo a mi supervisor, a mi costo, por una cuestión de responsabilidad personal y porque no quiero enfermarme. Estadísticamente, quienes estamos a cargo de esto somos propensos a enfermarnos y de tomar licencias psiquiátricas y al borde del síndrome del quemado", expresó.
"No sólo sufrimos los jueces y secretarios, sino el personal, que a diario deben escuchar estos dramas, tienen todos los días audiencias", subrayó.
La magistrada también sostuvo que "hay dos Justicias, la de la capital y la del interior": "En la capital hay asesores de menores y también fiscales", precisó.
Puntualizó que pasó a la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) local, a cargo de Griselda Esparza ("con quien veníamos trabajando muy bien") más de 700 causas que se tramitaban en el ahora ex Juzgado de Menores. "Antes de la Ley 9.944 pasábamos causas a la Senaf, pero cuando quedamos sin la competencia, un mes y medio atrás, derivamos más", contó.
Más de 700 casos
Desde que comenzaron a quitarle competencia en minoridad a los ex jueces de Menores (hoy son jueces de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil), Cecilia Fernández pasó a la Senaf, a cargo de la ex funcionaria villanovense Griselda Esparza, unas 700 causas. Nadie sabe cómo esa Secretaría atenderá esta inmensa cantidad de casos.
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