Claudia Comparatore, licenciada en Matemática y en Enseñanza de las Ciencias, además de producir una importante cantidad de material bibliográfico y compartir trabajos investigativos con figuras del claustro científico, trabaja actualmente en un proyecto que implica a alumnos y docentes de Villa María.
“En principio la idea cuando llegamos a la ciudad, era cómo pensar en la enseñanza de la Matemática por niveles. Esto me hacía un poco de ruido porque lo imaginaba como se enseña por ejemplo idiomas y otras disciplinas, es decir bastante estáticos (los alumnos en cuanto a sus conocimientos son agrupados y sólo cambian de nivel aquellos que reciben un apoyo extra-áulico)”, expresó la especialista en diálogo con EL DIARIO.
Ante los directivos y un grupo de profesoras de primer año del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia, la investigadora planteó la propuesta que con el intercambio de opiniones fue reformulándose.
“En las reuniones que tuvimos fuimos construyendo otra manera de ver los niveles en Matemática. En este caso, la nivelación tiene que ver con la actitud que los estudiantes tienen frente a la materia y sus contenidos”, explicó la reporteada.
“Queremos superar esa enseñanza estandarizada o encasillada en lo que tiene que ver con algoritmos y herramientas para resolverlos. En realidad la Matemática es mucho más que eso”, acotó.
“La Matemática es poder tomar un problema e intentar ver cómo lo resuelvo sin saber de qué tema se trata. Nosotros tendríamos que poder darle a los chicos esa posibilidad, es decir, hacer que ellos puedan, de forma autónoma y con las herramientas que tengan más a mano, llegar a las resoluciones”, precisó.
Para implementar el proyecto (sin precedentes o similares en el país) lo primero que hicieron las docentes del “Riva” fue hacer una planilla de seguimiento de sus alumnos que apuntó más al aspecto actitudinal que a los contenidos de la materia.
El hacer sólo los problemas o el nivel de aceptación de los consejos brindados por los docentes o de los propios errores cometidos fueron algunos de los aspectos que tuvieron en cuenta los “profes” antes de dividir al grupo total de estudiantes en subgrupos.
En este momento, la iniciativa se encuentra en pleno desarrollo.
“Ahora el desafío es pensar, los adultos, qué actividades llevamos al aula, cómo evaluamos. Todos tenemos que ampliar nuestra mirada de la Matemática y del desempeño de los alumnos”, advierte Comparatore.
“La Matemática en general está pensada como para algunos. Unos pueden y otros no. Las frases comunes que se escuchan son “yo no sirvo para los cálculos” o “a este chico no le da para los números”. En realidad todos tenemos capacidad para resolver situaciones problemáticas y eso también se puede transmitir a problemas matemáticos”, subrayó la profesora.
“Todos podemos aprender y aplicar contenidos matemáticos. Apuntamos a desmitificar que la Matemática es sólo para pocos iluminados que tienen capacidades especiales”, dice la investigadora antes de concluir que “la Matemática para todos es posible”.
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