Más allá de la destrucción que pueda corresponderle a las empresas mineras, quienes integran el Museo de Antropología, sugieren la debida protección y respeto que deben tener los visitantes hacia estos lugares. Muchas veces los turistas, por desconocimiento, dañan los contextos. Las recomendaciones más comunes para visitar un sitio arqueológico son:
No tocar / No pisar: el contacto frecuente de las manos y pies sobre los motivos rupestres causa desprendimiento gradual de los pigmentos y de la superficie de la roca.
No hacer graffitis: rayar las rocas o resaltar los dibujos rupestres es un acto vandálico que produce un daño irreparable. Esto perjudica la visibilidad del arte rupestre y evita la posibilidad de realizar estudios especializados.
No remover: el entorno de cualquier sitio rupestre posee importantes evidencias que pueden ayudar a reconstruir la historia del lugar. A ras del suelo o enterrados, reposan fragmentos cerámicos, óseos o líticos, que representan una importante fuente de datos para los investigadores.
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