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Gelman: “Al pasado no hay que taparlo, porque es un cáncer latente” |
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Escribe: Juan José Coronell,
especial para EL DIARIO
Juan Gelman llegó a Córdoba por el camino de la escritura. La misma que se profundizó cuando le arrebataron sus hijos en la última dictadura. Escribió hondo entonces... desde el dolor. Un dolor que tuvo su consuelo cuando en 2000 pudo recuperar a su nieta María Macarena Gelman García.
Cruzado a fuego por la política, fue miembro de Montoneros y dueño de un obligado y dilatado exilio.
Durante la semana, el filósofo Oscar del Barco le criticó su participación en ese movimiento político-militar y por defender “la dictadura de Cuba”. La rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Gabriela Scotto, que se aprestaba para premiarlo, se sintió llamada a intervenir y le respondió el jueves: "La militancia de Juan Gelman muestra un compromiso con la democracia argentina y con la defensa de los derechos humanos, que puede interpretarse como que cambia sus propias convicciones y su manera de ver la política en la década de los ‘70".
Merecía que Córdoba lo premiara. Fue Premio Cervantes en 2007, y frente al rey de España Juan Carlos de Borbón no le tembló la voz para hablar de las injusticias históricas del mundo. El escritor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum lo calificó como “el mejor escritor de habla hispana”.
Con semejante currículo era de esperar que el Salón de Actos del Pabellón Argentina de la UNC estuviese repleto de gente expectante por conocerlo.
El acto
Anochecía y luego de cantarse el Himno Nacional, la rectora hizo uso de la palabra para presentar al poeta que comenzó a escribir a los 9 años. En un acto bastante simple se le entregó además el Premio Un Pañuelo, de la Fundación HIJOS, aunque los obsequios continuaron: Sonia Torres y Emi D’Ambra, en nombre de la comisión de la Memoria, le obsequiaron publicaciones producidas por los distintos sitios de la memoria en Córdoba. Una chica del público le entregó una bolsita con piedras de la Cárcel Penitenciaria de barrio San Martín (ex UP1) y una tarjeta con el texto: “Estamos rompiendo muros”.
“Recibir el premio de esta Universidad que fue la primera y de donde salieron grandes profesionales e intelectuales, es un orgullo”, afirmó Gelman, quien se mostró “conmovido y emocionado por todos estos regalos”.
Tal vez una de las frases que más impactaron en relación a la historia reciente de Argentina fue: “Al pasado no hay que taparlo, porque es un cáncer latente”.
Antes del acto le respondió a los medios, asegurando que es “muy emocionante” este premio. No dejó lugar a dudas cuando se le preguntó por la historia en Córdoba, sobretodo por los juicios a los ex represores ya que lo tocaban muy de cerca. Y no se guardó críticas al filosofo que lo castigo días atrás: “Este (por del Barco) estuvo en la lucha armada, fuimos amigos y todo lo demás; no sé qué le pasa. Esta es una provocación en la que yo no he entrado a lo largo de todo este tiempo porque me parece muy barata”. Y agregó: “Hace cinco años que tiene la idea fija conmigo”.
Así pasó Juan Gelman por Córdoba. Uno de los mejores y de los más grandes poetas de la historia, al que por su lucha incansable por los derechos humanos y su poesía, cualquier premio le queda chico.
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