“Sí, fui yo, pero en realidad los pagos se concretaron. No está la documentación que los acredita porque con la ‘mudanza’ de Rentas, no encuentro los papeles”. Palabras más, palabras menos, esto fue lo que dijo un agente de Rentas Villa María cuando declaró ante el personal de la Auditoría de la entidad, que investiga hechos irregulares realizados a través de computadoras de la dependencia.
Todavía no se conoce quién o quiénes fueron los responsables de los 29 hechos de fraude realizados con la clave de Silvia Bomprezzi, la empleada de Rentas que fue sobreseída porque el fiscal demostró que no tenía nada que ver con los hechos.
Pero estos 256 casos identificados son diferentes, porque el agente en cuestión admitió que había dado de baja esos casos que no tienen soporte documental. Es decir, no hay un tercero que utilizó la clave.
Auditoría sumarió al agente infiel, a quien le pidió la prueba documental. “Aparecieron” documentos de pago de 60 de los 256 casos irregulares. Sobre el resto, aseguró que se extraviaron en la mudanza, en medio de la remodelación del edificio de Rentas.
Pero en Auditoría no creen esa versión y por eso citaron a declarar a otros empleados. A todos les preguntaron lo mismo: “¿Qué hicieron con los papeles mientras se remodelaba el edificio?”. Y todos contestaron lo mismo: “No salió nada del lugar, sólo se corrían de oficinas”. Es decir, que técnicamente no mudaron los archivos, porque todo el movimiento se realizó dentro del mismo edificio.
El proceso por los 256 casos está en marcha. Todavía no saben a ciencia cierta el monto de lo presumiblemente defraudado, pero estiman que sería importante, como en el caso anterior.
No descartan tampoco que la misma persona que utilizó la clave de Bomprezzi, sea la que después de hacerse público el hecho, se haya visto impedida de seguir actuando de esa manera y decidió utilizar la clave propia para seguir cobrando deudas atrasadas de Rentas, poniendo el dinero en el bolsillo y “borrando” del sistema los juicios contra los deudores.
Claves de la cuestión
Algo dejó la causa iniciada por la denuncia de Bomprezzi ante la Justicia local: las claves, que son provistas por una empresa denominada Kolector, no eran inviolables.
Quedó tan fehacientemente eso demostrado, que el secretario General del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), José Pihén, pidió por teléfono una clave haciéndose pasar por un empleado de Villa María y se la dieron sin más.
También quedó en claro que Bomprezzi no tenía responsabilidad en el hecho. Pero nunca se supo el nombre de los responsables.
Si bien la Dirección General de Rentas no insistió en la Justicia para identificar a los culpables de esos hechos, la Auditoría de la dependencia está investigando. Y encontró estos nuevos casos. Dependerá de la decisión de las autoridades de la entidad llevar los datos del sumario a la Justicia, porque los perjudicados somos todos los cordobeses.
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