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Algarabía. José Fernández sale festejando el segundo gol de Colón y lo espera Diego Marín para unirse a la celebración, mientras lo sufren los jugadores y parcialidades de Rivadavia |
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Escribe: Fabio Morisetti
El Sport Club Colón se llevó un triunfazo de la cancha de Rivadavia en una nueva y emotiva versión del clásico cabralense. Ante muy buena cantidad de público, el rojinegro no sólo logró un paso importante en su lucha por evitar el descenso, sino que complicó seriamente las posibilidades de su archirrival de coronarse campeón.
Con goles de las figuras excluyentes, José Fernández y de Luciano Luppo, en dos oportunidades, los de Amadeo Perossi terminaron sufriendo por el descuento de Martín Erregarena en las postrimerías del juego, aunque el resultado fue justo, especialmente por la supremacía mostrada por la visita en el segundo tiempo.
El local salió a buscar el arco rival y ya a los cinco minutos Marcos Berterame estuvo cerca con un cabezazo que salió por encima del travesaño. A todo esto, Amadeo Perossi había diseñado un sistema defensivo que incluía un factor importante: la marca personal de Grosso sobre Martín Erregarena, función que el “Colorado” cumplió muy bien.
A los nueve, José Fernández empezó a dar muestras de que estaba en una tarde inspirada, y tras una muy buena jugada en combinación con José Navarro, terminó cediendo el balón para Luppo, quien sacó un tremendo derechazo en la puerta del área para hacer estéril el esfuerzo de Novaretti.
Cuatro minutos después, Marín estuvo cerca al patear de primera tras un pase de Fernández. Sin embargo, Rivadavia empezó a controlar el mediocampo y se hizo dueño del campo y la pelota.
A los 22’, Ignacio Serda lo tuvo a la salida de un córner, pero el balón, que pedía red, rebotó en el cruce desesperado de Mansi. Rivadavia continuaba con el control territorial, pero le costaba llegar al arco, porque Valle era intermitente y nadie sintonizaba su frecuencia.
Pudo ampliar Colón a los ‘36 con un notable contragolpe, pero a Abate Daga le faltó alma de delantero y se la quiso picar a Novaretti, quien se quedó con el balón.
A partir de allí, se sucedió una seguidilla de chances claras, que tuvo continuidad un minuto después con Valle pegándole mal desde buena posición, Fernández tirando a colocar y rozando el palo, y Villagra probando desde afuera para lucir al pibe Russo, quien la sacó con ayuda del travesaño. Todo esto, en los mejores cuatro minutos del partido.
Colón entendió en esa primera etapa que se jugaba demasiado como para esquivar el bulto y metió como si fuese la última vez. Rivadavia también comprendió que había mucho por apostar, pero las cosas no salían de acuerdo a lo previsto, con una defensa lenta y muchos problemas para abastecer al errático Damiano y a un muy bien controlado Erregarena.
El comienzo de la segunda mitad no pudo ser mejor. A los dos minutos una gran jugada de Fernández terminó con el centro para Doblas que, solo y a un metro del arco, la tiró por arriba de manera increíble.
En la contra, Gabriel Peretti tenía que pegarle al arco, pero tiró un centro para nadie y el “verde” perdió una gran chance.
Sobre los nueve minutos, el que se perdió un gol hecho fue Damiano, quien recibió un centro de Valle y de palomita la tiró afuera con el arquero fuera de acción.
Colón estaba al acecho y empezó a aprovechar los espacios y las falencias en la última línea local. A los 15’, Marín se demoró una eternidad, y un minuto después Doblas, tras gran acción, remató desviado. Sin embargo, a los 18’, otra vez la defensa dio ventajas, Doblas metió una asistencia bárbara y Fernández gambeteó a Novaretti para aumentar diferencias.
El “verde” no lograba salir de su asombro al ver cómo se le iba la soledad en la punta del campeonato, a sabiendas que Alem ganaba a esa altura.
A los ‘23, Erregarena se desprendió de la pegajosa marca de Grosso, pero pateó defectuoso y la pelota cayó mansa en las manos del seguro Gabriel Russo.
Dos minutos más tarde, Mansi agarró un centro de volea y la pelota virtualmente le rebotó a Novaretti, pero le cayó a Luppo, que anotó el tercero.
Parecía partido definido, especialmente porque Colón recuperaba la pelota con facilidad y sacaba permanentemente peligrosos contragolpes que no definía.
A los 39’, un tiro libre bien ejecutado por Gudiño sirvió para descontar, y a los ‘46, el “Vasco” metió un derechazo cruzado para poner suspenso en el marcador.
Los corazones de los hinchas de Colón se paralizaron por un momento, pero enseguida Eduardo Marzolli decretó el final del partido para que todo el equipo visitante se fuese a festejar con el numeroso público que lo acompañó. Colón había dado el batacazo en el clásico de Arroyo Cabral.
Claves
• La gran tarde de José Fernández, posicionado ahora de delantero neto.
• La idea de Amadeo
Perossi de hacerle
marca personal a Martín Erregarena.
• La seguridad del pibe Gabriel Russo en el arco.
• Las ganas y el
sacrificio de Luciano
Luppo en el mediocampo y su vital aporte en
ofensiva.
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