En nuestra ciudad y Villa Nueva, los devotos de San Cayetano, Patrono del Trabajo y de los Desempleados, al igual que en el resto del país, recorrieron las calles con la imagen del Santo, implorando por "la paz, el pan y el trabajo".
En nuestra ciudad el homenaje a San Cayetano se concretó en barrio San Martín, en la capilla que lleva su nombre, situada en Tucumán 2450, donde se concretó una misa y posterior Procesión en horas de la tarde. Una vez finalizado el recorrido religioso, se llevó a cabo la entrega de panes benditos.
De igual forma, en el barrio Los Olmos de Villa Nueva se concretó la caminata con la imagen del Santo por las inmediaciones.
Miles de fieles de todo el país participaron de la celebración a San Cayetano, que en la ciudad de Buenos Aires tuvo su misa central en el Santuario del barrio de Liniers presidida por el cardenal Jorge Bergoglio.
Los fieles, quienes esperaron desde el viernes para ingresar, comenzaron a medianoche, cuando se abrieron las puertas del templo, a desfilar frente a la imagen del Patrono de los Trabajadores. "Vengo desde Florencio Varela por quinto año consecutivo a agradecer que mis tres hijos tienen trabajo y a pedir que nunca les falte", contó a Télam, una de las fieles poco antes de ingresar al Santuario, mientras recibía el cancionero con el lema "Junto a San Cayetano rezamos por la paz, el pan y el trabajo".
El altar fue montado en un escenario sobre la vereda del templo, por la cantidad de personas que participaron de la misa y para que la celebración religiosa no afecte la circulación de los devotos dentro del edificio.
"No estamos hechos para ser consumidores de espectáculos ajenos, sino para ser cada uno protagonista de su propia vida", les dijo a los fieles Bergoglio durante la homilía central de las 11 de la mañana.
En ese ámbito, convocó a la paz e instó a los fieles "a salir convertidos en hombres y mujeres que ponen paz en medio de una ciudad agresiva y violenta".
En el momento de la bendición, además de las espigas de trigo y de las imágenes del Santo, muchos devotos levantaron sus manos para ser bendecidas y algunos levantaron llaves de casas y autos y fotos de familiares.
"Esta es una nueva muestra de religiosidad popular que reafirma el amor del pueblo a Dios, esto trasciende cualquier coyuntura política, es una manifestación de amor", dijo Bergoglio a la agencia oficial de noticias.
El cura Jorge Torres Carbonell, párroco del Santuario, contó que éste es su primer año al frente del templo. "No puedo comparar la experiencia con años anteriores, aunque sí puedo asegurar que desde que abrimos las puertas no paró de pasar gente frente a la imagen del Santo".