Con el afecto de sus familiares, Blanca Genoveva Olmos cumplió el lunes otro año más de vida, y ya van 103.
Con su físico algo quebrantado por las dolencias, pero conservando una gran lucidez, la anciana recibió el abrazo de su descendencia en una institución geriátrica, donde ahora reside.
Una de las villamarienses más veteranas, además de formar una numerosa familia, también creó una escuela rural, y dedicó gran parte de su vida a la docencia, como maestra de primaria.
“He tenido, a lo largo de mi vida, mucho amor. Pero un amor auténtico, no como lo confunden ahora, con otro nombre, otro sentimiento. El amor ha sido la única riqueza que he tenido y la más importante.”, dijo a EL DIARIO en ocasión de cumplir sus primeros cien años.