Vilma fue una reconocida militante y dirigente social, comprometida con decenas de causas justas. Se había graduado en Periodismo Agropecuario y se desempeñaba en el suplemento El Diario Rural, de este medio. El miércoles 11 de mayo una enfermedad contra la que luchó, pero que resultó incurable, apagó su vida.
Días atrás, su hija Valeria hizo entrega a Comunicar del chaleco de este medio con el que Vilma desarrollaba sus tareas periodísticas. El mismo fue encuadrado y ayer fue colgado en una de las paredes de la sede de la cooperativa. Lo descubrieron Valeria y Ana, la hemana de Vilma.
Asistieron familiares, amigos, compañeros de trabajo y dirigentes sindicales, de los derechos humanos, políticos, ecologistas, estudiantiles, ediles y hasta un funcionario de la Nación. Todos brindaron a la memoria de Vilma, una de esas personas imprescindibles, íntegras, a la que se hace necesario reivindicar, para que la llamita de su lucha por una sociedad más justa, permanezca encendida.