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Marcel de espaldas a uno de los estadios que ha conocido |
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Hijo de un hábil jugador de Ausonia, la primera pasión de Marcel fue, sin dudas, el fútbol. Desde muy chico se probó la camiseta de Juventud River Plate de su pueblo mientras miraba fascinado los partidos del Mundial ‘78. Cuando caía la noche, dejaba los cuadernos de lado para estudiar en ajados El Gráfico el nombre de los jugadores de Holanda, Brasil y Escocia, sus clubes, sus goles y sus estadísticas. Pero durante la semana las cosas eran muy distintas en el field.
“Tenía a mi viejo como entrenador -comenta-. El fue muy buen jugador en sus tiempos, pero un pésimo técnico conmigo. Así que me alejé del deporte. Lo único que me quedó de aquellas épocas fue el amor por los estadios de fútbol. Por eso cada vez que conozco uno, me saco una foto al frente”, dice.
Pero aunque no lo confiese, a Marcel le quedaron otras cosas de “esas épocas” que lo configurarían para siempre: su interés por las estadísticas y su amor por la “didáctica”, esa que los padres no suelen tener para con sus hijos. Por eso, apenas egresado del secundario, quiso ser profesor, preocupado en enseñar matemática sobre todas las cosas. Luego vino la licenciatura, los posgrados y su formación en Didáctica de la Matemática, esa que cursó en España y le permitió traerse no sólo un título bajo el brazo sino gloriosas fotos junto al Santiago Bernabeu y al Vicente Calderón.
¿Pensás que un profesor de Matemática debe tener sí o sí una formación en didáctica?
-Absolutamente. A esto te lo digo aunque no se tenga mucha conciencia de su importancia. No basta con saber matemática para enseñarla. En Argentina, a la Didáctica de la Matemática se la ve como una serie de técnicas que ayudan a dar clases y no como campo de investigación. Por eso hoy, cualquiera que toca Matemática de oído se mete en un aula. Y una cosa es que vos sepas el "algoritmo" de la suma de fracciones y otra muy distinta que puedas diseñar un proceso de enseñanza y aprendizaje, uno que contemple las dificultades y errores más frecuentes en los alumnos. Esto va a cambiar lentamente pero hay que tener paciencia.
¿De dónde viene tu amor por la pedagogía?
-De mi profesora de “Técnicas Pedagógicas” que vino al país apenas recibida de su doctorado en Brasil. Ella hizo que me enamorara de esa disciplina. Pero como en el país no había esos posgrados, tuve que irme a España. Allá me especialicé en un enfoque teórico particular, el Enfoque Ontológico y Semiótico del Conocimiento y la Instrucción Matemática. Pero soy partidario de que los profesores conozcan y trabajen con múltiples enfoques, porque todos ellos contribuyen a mejorar notablemente la clase de Matemática.
En el secundario, Matemática no es una materia que goza de buena prensa, ¿se debe a que hay malos profesores?
-Lo que decís de la mala prensa es cierto. En cuanto a los profesores, hay muchos que enseñan la Matemática como si fuera un conjunto de reglas que deben aplicarse inexorablemente, sin ningún vínculo con la realidad. Otros, en cambio, la enseñan como una construcción social donde el alumno tiene la oportunidad de conjeturar, experimentar, imaginar. Estas posturas devienen de formaciones que hemos recibido y tendemos a replicarlas, lo que no significa que seamos malos profesores; sólo que hay posicionamientos didácticos más aconsejables y otros menos.
Actualmente coordinás el profesorado de la UNVM ¿qué me podés decir de los alumnos y sus motivaciones?
-A nuestro profesorado ingresan unos 20 alumnos por año, lo que no es un gran número. Pero eso permite, justamente, trabajar en una relación docente-alumno más que óptima. La principal motivación de los estudiantes es la salida laboral, ya que este profesorado te habilita para dar clases hasta en la Universidad. Además, tiene una fuerte impronta para trabajar en investigación en Matemática Educativa.
¿La Matemática ayuda en la vida cotidiana más allá de lo meramente académico?
-La Matemática está presente en cada una de las otras ciencias y es imposible separarla. En mi caso, podría decirte que me ayudó a comprender el mundo físico que me rodea y a detectar fraude en una compra con tarjeta; a entender el comportamiento de las células anómalas cuando crecen y el calentamiento global o la vida de las abejas.
Iván Wielikosielek
Especial UNVM
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