“Ladrones
de dignidad”

Hace unos días, leí en un periódico, un interesante artículo que hablaba de la "Riqueza de la pobreza". Con ese juego de palabras, el autor de la nota, trataba de explicar que en los países donde los gobiernos son populistas y demagógicos existe una alto grado de pobreza.
No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que la Argentina, desde hace más de 60 años, tiene el triste privilegio de ser uno de los países entrenados para fabricar más y más pobres, muy a pesar de la inmensa riqueza de nuestros suelos y de la capacidad de nuestra gente.
Tengo 48 años y desde que tengo uso de razón, he escuchado de la boca de casi todos los políticos, sin distinción de partido, hablar de la tan mentada justicia social y de la famosa distribución del ingreso, que nunca la hicieron ni la harán porque siempre han hecho de la mentira un culto, una profesión que les ha dado muchos resultados porque cultivar pobres da muy buenos dividendos.
Los políticos, en su gran mayoría detestables, salvo honrosas excepciones, jugaron, juegan y jugarán con la necesidad de los marginales de nuestra sociedad, que ellos mismos se encargan de segregar para tenerlos atados a un voto para la próxima elección. Esa forma arcaica de hacer política me provoca repulsión, me da asco porque se burlan del estómago y de la honestidad intelectual de la gente.
En la actualidad, el Gobierno nacional que nos conduce, a mi criterio el más corrupto y sin dudas el más unitario de toda la historia de nuestro país, es un verdadero ejemplo del título de esta nota porque han desarrollado un abanico de políticas de odio, concentrando la riqueza en las manos de los amigos del poder, para la generación de más pobres e indigentes, para poder luego usarlos.
Es una tiranía bonapartista vestida con ropajes de una izquierda que dejó de existir hace más de 40 años en el mundo, buscando la confrontación permanente para edificar poder y más poder, gobernando con una obstinación ideológica y de conveniencia populista de las peores que he tenido oportunidad de conocer.
En nuestra ciudad, los referentes de esa demagogia sin límites son el intendente Eduardo Accastello y su esposa Nora Bedano. Hace unos cuantos años y después de haber fracasado como estudiantes, desembarcaron en Villa María apadrinados políticamente por Humberto Roggero, activo representante del menemismo de aquellos años. Ellos fueron armando una telaraña y llegaron al poder de la mano del desastre de los gobiernos radicales.
Accastello y Bedano, fueron menemistas, duhaldistas, delasotistas, schiarettistas y hoy los encontramos alineados con el kirchnerismo de la "Caja Rosada". En un futuro tal vez sean macristas, adherentes de Pino Solanas o sabrá Dios...
El intendente Accastello, en esta gestión, fiel a sus valores y principios ha creado cinco fábricas de clientes políticos. Me estoy refiriendo a los llamados "Centros de descentralización territorial" o "Muni Cerca" y a los que tranquilamente se los podría denominar "Unidad Básica Cerca" o "Cliente Cerca".
En estos centros trabajan todos los punteros políticos barriales que trabajaron en la campaña electoral, a los que adoctrinan sistemáticamente para que salgan a la calle a mentir y manosear a la gente descaradamente por sueldos miserables de 700 pesos para sostener el aparato político, con el objetivo de seguir disfrutando de la función pública por muchos años más.
Un claro ejemplo de esta realidad, es observar la actualidad de los centros vecinales que han sido bastardeados y ninguneados, creando consejos asesores, presupuestos participativos, Promeba y otros nombres altisonantes que sólo buscan doblegar la noble inocencia de los vecinos.
Estas conductas reñidas con la moralidad y la ética, son prácticas constantes de la monarquía que nos desgobierna. Por eso Accastello y Bedano, quiero decirles que la dignidad es un elemento indispensable para el desarrollo de los seres humanos. Por favor, no se las roben, sean honestos con los que menos tienen.
"Pan y circo" solía decir el general Perón, la sociedad está cambiando, llegará el momento en que los sorprenderá. Basta de mentiras y desidia.
Daniel Perazzi
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