|
La referencia más antigua que se tiene sobre la existencia de cuidados cosméticos en el pelo nos remite a Egipto, donde se empezaron a realizar los cambios más significativos en cuanto a la cosmética capilar. En esa nación tan grandiosa culturalmente, el pueblo -como ocurría en muchos otros- se pelaba la cabeza, aunque no así los sacerdotes y los miembros de la elite gobernante, que se dedicaba a cuidar su cabello jugando con diferentes peinados y tonalidades. Las pelucas también tuvieron su auge, y predominaban las tradicionales de pelo lacio, con flequillo, cortado muy parejo en un largo que llegaba a los hombros. Pero otro gran aporte de los egipcios fue en cuanto a la coloración, ya que descubrieron la utilidad de la henna, que les permitió obtener colores rojizos y caobas.
Más tarde, los griegos crearon las primeras escuelas de peluquería donde se impartía el arte de peinar. El oficio lo ejercían esclavos especializados.
Precisamente en Grecia nacen las barberías, que se convierten en un lugar de encuentro y charla mientras se ponen en manos profesionales para arreglarse el cabello o la barba.
Roma hereda el oficio de los griegos y con el imperio se extiende la práctica de peluquería creándose incluso especialidades dentro de esta profesión: encargados del peinado, tinturista, posticero, ayudante.
Los aportes más importantes son el campo de la posticería y la coloración capilar.
La Edad Media fue una época de total oscurantismo en lo que se refiere a la cosmética y a la peluquería. Sólo los barberos, que aparecen como gremio organizado, desempolvan antiguas recetas que constituyen los cimientos de lo que con el tiempo será la gran industria de la belleza en nuestros días.
Pero en el Renacimiento vuelve a resurgir el oficio. Por entonces, la tonalidad rojiza, dominante en la moda de la época, la consiguen aplicando sobre el cabello una mezcla de sulfuro negro, alumbre y miel. Luego dejaban los cabellos expuestos al sol sobre las alas de un sombrero sin copas.
Otros colores de moda eran el rubio ceniza, azafrán y el denominado "hilo de oro" que los obtenían mezclando flores de altramuz tostadas y machacadas con salitre, grasas de ballena y sales de plata de lejía.
París en los Siglos XVII y XVIII es el corazón de Europa. Francia impulsa y populariza el arte de la peluquería. Los franceses son verdaderos artistas en la confección de pelucas. Para rizar el cabello de las mismas lo enrollan en palos cilíndricos que luego sometían al calor en hornos de panadería. En esta técnica se basará siglos más tarde la permanente en caliente. El polvo blanco con el que coloreaban el cabello era una mezcla de talco y almidón.
Poco después, la Revolución Francesa impone la sencillez y la naturalidad.
Y la revolución industrial acelera el ritmo de vida obligando a optar por la simplicidad y la comodidad en el peinado.
Es el auge de los peluqueros a domicilio.
El agua oxigenada aparece en 1867, lo que representa un considerable progreso frente a viejas recetas abrasivas.
A finales de siglo aparecen los primeros colorantes sintéticos.
Y llegamos al Siglo XX, cambalache, problemático y febril. Y este siglo trae consigo un fenómeno que revoluciona la sociedad. Los medios de comunicación dan lugar a su vez a una nueva y sorprendente religión: el culto a la imagen.
La incorporación de la mujer al trabajo, la popularización del deporte y un largo etcétera introducen profundos cambios en la sociedad. La belleza y la moda ya no es solo privilegio de un gremio o clase social.
Los avances técnicos y científicos hacen de la cosmetología capilar y la peluquería una potente y poderosa industria.
Humor de tocador
En la peluquería después que le lavan la cabeza a una señora:
- ¿Le envuelvo la cabeza con una toalla?
-No, me la llevo puesta.
Dolape
Un calvo sale de la peluquería muy enojado porque ha pagado mucho dinero por el trabajo que le hicieron y reclama:
- ¡Pero si apenas tengo cabello! ¿Cómo puede ser que me cobren esa barbaridad?
El peluquero contesta:
- No le cobramos por cortarle el pelo, sino por encontrárselo.
Otras notas de la seccion Suplementos especiales
“Es necesario que los trabajadores sean blanqueados”
Grupo colombiano toma el control de Libertad
Fuerte contrapunto entre la UIA y la CAME por los datos
Córdoba recibió 297,3 millones más que el año pasado
Nueva forma para buscar "laburo"
|