Si los estudiantes tienen o están consumiendo sustancias en la institución educativa, es preciso “pedirles que lo acompañen (al docente) a un espacio privado y tranquilo, solicitando a un colega con capacidad de contenerlos, que se sume al encuentro”. Informar al director, conversar sobre la evidencia de sustancias y solicitar “con firmeza” la entrega de las mismas al directivo, “ya que esta situación es considerada gravísima (es recomendable que se encuentren en el lugar al menos tres adultos)”. No hay que revisar al estudiante ni sus pertenencias, especifican en la Guía.
“Es importante que desde el primer momento la Dirección de la Escuela y los docentes se amparen en directivas del Ministerio de Educación”, puntualizaron y señalaron que el director debe comunicarse con los papás de los adolescentes y el inspector para informarles. Si el estudiante entrega alguna sustancia presumible de ser una droga ilegal, deberá ser guardada por el directivo en algún armario o cajón bajo llave, dejando dicho procedimiento registrado en un acta con su firma y la de algún otro docente responsable.
Respecto a la sustancia, el directivo del establecimiento dará aviso a la Policía provincial. Recuerdan que no hay que emitir juicios negativos sobre el estudiante y su conducta. “El castigo, la suspensión o expulsión, como única o principal medida a tomar, podría aumentar la probabilidad de que continúe el consumo, perdiendo la oportunidad de abordar el problema desde otras dimensiones”.
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