Señor director:
Me permito rectificar la afirmación del historiador cordobés Efraín Bischoff sobre Jacinto Benavente citado en la nota "Un premio Nobel de Literatura en Villa María" aparecida en la sección de Cultura de este diario, con fecha 26 de octubre del presente, respecto a que el escritor y dramaturgo español Jacinto Benavente se encontraba en la ciudad cuando le fue comunicada la concesión del Premio Nobel.
Documentado está y así consta en las hemerotecas de la prensa argentina y española, que al autor de "La malquerida" estaba en uno de los vagones del tren que recorría distintas provincias del país, cuando en la parada hecha en la ciudad santafesina de Rufino, el domingo 10 de diciembre de 1922, la actriz Lola Membrives que le acompañaba, bajó a recoger cartas y telegramas a la estación, entre ellos, el que anunciaba la buena nueva.
La mujer compró inmediatamente una botella de champán , subió al vagón, despertó al escritor y le dio la noticia. Es importante señalar que Benavente decidió continuar la gira programada, en lugar de regresar inmediatamente a Europa. Este episodio lo cita también Marcos Aguinis en su libro "El atroz encanto de ser argentinos".
Llevo 30 años en Galapagar, pueblo donde está sepultado Jacinto Benavente. Cuando llegamos aquí en 1978, tuve la suerte de charlar con naturales del lugar que lo conocieron y hablaron con él y me refirieron muchísimas anécdotas. Su casona de verano se conserva intacta en un bello lugar de la sierra galapagueña.
Un saludo cordial.
Rodolfo Ghezzi
Madrid (España)
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|