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El ancestral ritual a la Madre Tierra fue llevado a cabo en la costanera. “Ha sido muy importante para nosotros”, destacaron las referentes de la comunidad aborigen, Teresita Franzel Moreno (der.) y Noelia Mercaú (izq.) |
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Integrantes de las comunidades aborígenes ticas y ctalamochita del Pueblo Nación Comechingón, celebraron por primera vez en Villa María el ritual en honor a la Pachamama.
El tradicional evento, donde los pueblos originarios celebran la Madre Tierra, se erigió como instancia previa a la presentación del libro "Yo soy Ticas" que narra la historia de tres generaciones de mujeres comechingonas (ver Memoria de un pueblo).
"Esta celebración pertenece a un mes del año de bendiciones para los antiguos pueblos que habitaron este territorio", explicó a EL DIARIO la autora de la producción bibliográfica, Noka Kani Ticas (Teresita Franzel Moreno).
Cabe destacar que Franzel Moreno y su esposo Aldo Gómez (líder de su comunidad y representante de los comechingones ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) acompañados por la villamariense Noelia Mercaú y referentes locales, encabezaron ayer el culto ancestral realizado en un sector de la costanera.
"Villa María como tantos otros lugares, son partes olvidadas de la historia. De todos modos, en Noelia y otros villamarienses, late fuerte la memoria y por ello nos han invitado hoy a celebrar la espiritualidad y la fuerza de la Tierra a la que le debemos todo", agregó la reporteada.
"Esta es una celebración similar a las que se celebran en iglesias antiguas, sólo que nuestro rito, ceremonia y símbolo, está íntimamente ligado a la naturaleza como dadora de vida", acotó.
Por su parte, Mercaú indicó que el homenaje donde se alimenta a la Tierra con maíz, quinoa, chalona, cordero, cabrito, distintas papas, habas, mazorcas, vino, cerveza, gaseosas, coca y otras comidas típicas, "es muy importante ya que es uno de los primeros eventos culturales aborígenes que logran concretarse en la ciudad".
“Lo que intentamos es transmitir parte de la cosmovisión de los pueblos originarios de América, desde una pequeña comunidad que habitó el noroeste de la provincia de Córdoba”, también dijo Kani Ticas.
Vale indicar que la Nación Comechingón actualmente está integrada por entre 18 y 20 mil descendientes de los primeros pobladores.
En el Valle de Punilla, se concentra la mayor cantidad de comechingones.
“Por suerte son cada día más los hermanos que se atreven a ponerse de pie y a reconocer su identidad desde un lugar que ya no es de vergüenza, sino de orgullo y pertenencia a un antiguo linaje que es portador de un mensaje exquisito para nuestros tiempos”, manifestó la escritora.
“Los comechingones poseemos una cosmovisión que puede ser alternativa para esta sociedad que atraviesa momentos muy difíciles”, concluyó.
Memoria de los originarios
Luego de la ceremonia en el sector ribereño, Gómez, Franzel Moreno y los miembros de la comunidad ctalamochita, participaron de la presentación del libro “Yo soy Ticas”, promovido por la editorial universitaria Eduvim.
La publicación, repasa las vivencias de la primera comunidad originaria en ser reconocida por el Estado, a través del otorgamiento de la personería jurídica.
El acto, realizado en la Medioteca Mariano Moreno, también contó con la presencia de representantes de entidades locales.
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