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Eduardo Cipolat y María del Rosario Ludueña, en Sevilla La Nueva - Los tres hijos de Eduardo y María del Rosario |
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Escribe: Richard Kamienski
Cuando la crisis casi terminal que vivió el país el año 2001 golpeaba fuerte sobre muchos de sus habitantes, al conocido vecino de Villa María Eduardo Cipolat, casado con María del Rosario Ludueña, y padre de tres hijos adolescentes en aquel momento, le "pintó" una oportunidad laboral en España.
Luego de meditarlo junto a su esposa, ambos decidieron emprender el viaje al "Viejo Mundo".
-¿Cómo fue ese momento de tomar la decisión?
-No fue fácil para nosotros decidirnos. Nuestros hijos tenían 17, 14 y 11 años la menor, María Agustina. Tanto José Ignacio, el mayor, como Leonardo Martín jugaban al básquet en Sparta, ya que estudiaban en el Trinitarios, y también en la selección villamariense, lo que significaba que tenían todos los amigos y compañeros allí. Pero bueno, los padres somos los que tomamos los rumbos familiares, y ya lo ves, aquí estamos haciendo ya cada uno de los cinco su vida.
En ese momento de los recuerdos del tiempo previo al viaje, los ojos de Eduardo se ven bien iluminados, cristalinos, expresando un dejo de nostalgia.
El “Gringo” Cipolat fue un tipo de laburo desde chico, repartidor de Vinos Daleci para esa empresa bien familiar. Pero también se destacó como deportista, ya que fue un reconocido arquero de Alumni.
-¿Dónde hiciste la escuela primaria, Eduardo?
-En la Arturo M. Bas, de barrio Las Playas. Toda mi infancia la recuerdo allí. Las Playas era muy chiquita, ha crecido mucho últimamente. (Habla del barrio con mucho orgullo.) En fin, ahí tuve compañeros que hasta el día de hoy puedo decir que son amigos. Recuerdo también a la señorita López, de esa primaria.
No es fácil llevar adelante la nota con Eduardo, ya que se emociona una y otra vez.
-¿Y lo del fútbol cómo fue que empezó?
-Fue en San Lorenzo de Las Playas. Empiezo a jugar al fútbol de los barrios. Y de allí, el señor Oscar Perassi, “el Pelado”, le decíamos, me leva a Alumni como número 9, para hacer goles. Pero terminé de arquero, ya que faltó el que jugaba en ese puesto y como yo era el más alto me mandaron al arco.
-¿Con quiénes jugabas? ¿Te acordás?
-Sí, claro. Algunos... Bonsi, Ruidavest, Perassi, “Kuki” López y bueno, muchos más...
-¿Cuándo debutaste en la primera división?
-Debuto junto con Liai, Bertino, Paschetta, “el Sapito” Arce... Yo tenía 17 años y el DT era "El Caserito" Ramallo... Después de Alumni me fui a Sarmiento de Leones, con el que perdimos la final contra 9 de Julio de Río Tercero. Después con Huracán de Las Varillas salimos campeones y fuimos a jugar el Regional de AFA.
La nostalgia lo llevó a pasear por esos y otros caminos de la juventud.
-¿Te costó adaptarte a España?
-Me costó mucho, muchísimo... Casi te diría que muchos años. Pero, como te dije antes, los chicos están haciendo cada cual su vida y nosotros con María del Rosario, "La Charo", lo mismo. Ella fue una gran compañera, fue un apoyo fundamental...
Hoy Eduardo trabaja muy cómodo en una empresa de servicios junto al dueño, al que ya considera “un amigo". Lo dejamos disfrutar de su patio, sus perras y su pileta. Y nos vamos, buscando el tren que nos llevará a Alicante, donde encontraremos más villamarienses.
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