Escribe: Daniel Cerutti
En partido de escaso nivel futbolístico, Playosa Sportivo Club y Unión Social arribaron a un cero a cero final, que expresó objetivamente las ineptitudes y la ingenuidad ofensiva que ambos conjuntos ofrecieron a lo largo de los noventa minutos.
Juego deslucido, con desorganización en la zona central e intentos esporádicos que no llevaron preocupación a los arcos, conformaron las instancias iniciales del encuentro. De los dos, Playosa contó con alguna acción más favorable, desperdiciada por Conrero; una en clara posición de peligro frente a Marcelo Zavala.
Le costó bastante al conjunto foráneo fijar un estilo definido por la exagerada distancia entre centrales y arietes ofensivos; mientras que en el Albo era más clara la concepción para el intento de desestabilizar al oponente, con una comunicación más efectiva en el desarrollo del juego.
La falta de ideas conspiró para que surgieran intentos más profundos, así fue toda una manifestación de deseos la perspectiva del gol; por lo cual Zavala y Ambrosio no debieron extremar recursos ante una presión ofensiva casi inexistente.
La jugada más clara fue por intento del visitante, cuando faltando diez minutos para el final del período un estupendo remate de Alfio Demarchi reventó el travesaño local cuando había plena sensación de gol.
El cero a cero parcial de los primeros 45 minutos fue claro exponente de esa orfandad ofensiva; resultado de un concepto de juego elemental y carente de estilo, donde la improvisación y el bloqueo de ideas deslucieron un desarrollo que pudo ser mucho mejor.
En el segundo tiempo no se modificó el concepto táctico técnico, aunque hubo más identificación en la búsqueda de posiciones de ataque. Esto no llegó a cambiar el curso de la brega, porque los delanteros se mostraron irresolutos y carentes de lucidez.
Después de los 30 minutos Playosa tuvo dos o tres ocasiones harto propicias de la mano del ingresado Mauro Luna y de Conrero, una salvada providencialmente por el “Mono” Zavala y otra desviando el remate cuando era más fácil convertir que errar. Opciones que en la definición integral del partido pudieron brindarle a Playosa la posibilidad de una mínima diferencia, que quizás hubiera ajustado el marcador a lo que ofrecieron los protagonistas.
Ninguno de los dos tuvo predicamento individual ni colectivo y sólo los experimentados Horacio Bustos en el local y Marcelo Zavala en el visitante “salvaron la ropa”, en encuentro con déficit casi total en el contenido de juego.
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