“Es una gran alegría que en la zona los chicos estén mejor”. Eso fue lo primero que dijo ayer Alberto Reinaldi, el subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia de Córdoba, al ser consultado por EL DIARIO sobre la ausencia de niños y adolescentes en el hogar El Gurisito.
Desde hace varios meses y por primera vez, no hay nadie habitando en el instituto ubicado en barrio Santa Ana. Reinaldi observó con buenos ojos tal situación, cuando fue entrevistado por este matutino.
“Si no hay niños en situación de institucionalización es porque están con su familia y a esto hay que celebrarlo. Es una gran alegría que en la zona de Villa María los chicos estén mejor. Cuando están institucionalizados significa que las familias no pueden contenerlos y cuidarlos”, expresó el funcionario de Juan Schiaretti.
“Un chico en una casa de familia tiene mejores posibilidades de desarrollo armónico que si crece en la mejor institución del país”, destacó.
Reinaldi descartó que el hogar del Santa Ana se encuentre vacío por los problemas que hubo en la conducción del mismo en 2010, que llevó incluso a la jueza de Menores, Cecilia Fernández, a cuestionar públicamente el desempeño de Alfredo Sosa (quien había sucedido en la dirección a Roberto Carotti, quien a su vez remplazó a su madre, la hoy edil Rosa Cámpora. Hoy está al frente de Walter Garay).
“No tiene nada que ver. Este es un proceso de desinstitucionalización que lleva adelante el Gobierno y que, como se, ve está resultando”, aseguró. Y agregó que “el hogar cuenta con camas y todo el servicio, está impecable y, de hecho, lo arreglamos hace poco, estando listo para recibir a cualquier niño o adolescente en condición de vulnerabilidad de sus derechos”.
¿Esto quiere decir que en la zona no hay ningún varón que necesite estar en un instituto de este tipo?
- “Salvo que exista una situación que no ha sido descubierta por el dispositivo de niños, es así. En este mandato del contador Schiaretti se busca que quien tiene que estar en un instituto lo haga en el lugar más cercano a su residencia, por lo que se presume que en la zona no hay necesidad de que nadie esté contenido de esta manera. Para nosotros es una gran alegría de que no haya nadie.”
¿Sucede lo mismo en otros establecimientos?
- “Claro, no es la única institución que no tiene chicos. De hecho, en 2007 había 31 institutos y hoy hay 16 en toda la provincia, por lo que el proceso de salir de estos, de egresar, ha sido muy significativo.”
¿Y se mantiene la misma cantidad de empleados en la planta?
- “Sí, porque realizan otras tareas. El personal ha permanecido porque el tema de niñez es muy amplio: no sólo se trata de institucionalización. Además, son todos empleados de planta permanente. Nos interesa que se vayan creando otros dispositivos y vamos a enriquecer el establecimiento.”
¿Por ejemplo?
- “Se han generado otros dispositivos pero no de alojamientos. Mire, por ejemplo había dos institutos para niños menores de cinco años. Nosotros, respondiendo a la Convención Internacional y demás, que recomiendan que no haya chicos de menos de esa edad en institutos, dispusimos de familias acogedoras. El programa Familia por Familia permite que muchos (pequeños menores a esa edad) puedan ir a una familia acogedora. Esto lleva a una búsqueda, a un análisis de las mismas, que acogen por un tiempo determinado (al niño). También hay nuevos dispositivos relacionados a personas con discapacidad, superadores de las residencias tradicionales, sobre todo para personas de 16 a 21 años. No están ya bajo la órbita de Niñez sino de Desarrollo Social.”
¿Qué ha ocurrido con los chicos que antes estaban institucionalizados? ¿La mayoría regresó con su familia?
- “Una cantidad enorme, el grueso de quienes tienen entre 6 y 12 años, ha regresado con su familia. Esto depende de la problemática. Hay épocas históricas en que la agresión contra los niños es más común. No devolvemos a familias con problemas de violencia, maltrato y abuso a los chicos, pero sí cuando la cuestión pasa por situaciones de índole económica. De los que tienen menos de 5, un grupo volvió a su casa (aquellos en los que había un cuadro económico desfavorable) y otro porcentaje, muy pequeño, quedó en manos de familias acogedoras. Deben ser alrededor de 150. Y después está el caso de quienes tienen más de 16 años: hay muchos que llevan mucho tiempo viviendo en institutos, fuera de su familia y ahora se ha optado por una vida más autónoma e independiente.”
¿Se fueron a vivir solos?
- “Sí. Hay quienes residen en pensiones aquí en la capital, en departamentos, estudian... se los ayuda en esto hasta que consiguen su independencia total.”
¿Cuántos niños y adolescentes habitan en institutos?
- En toda la provincia debe haber alojados unos 190. Muchos de ellos tienen problemas en sus familias y hay quienes no tienen familias.”
¿Las familias acogedoras, reciben ayuda estatal?
- “Hay una colaboración, pero hay que resaltar que es un voluntariado. Esto nace de las propias familias y se da ayuda a quienes lo requieren, pero no es ese el asunto, sino se desnaturalizaría la idea.”
Semanas atrás, la jueza Cecilia Fernández dijo a nuestro diario que debió pasar 700 expedientes a la delegación de la Secretaría, que está en Villa Nueva a cargo de Griselda Esparza. Fue a raíz del cambio de competencia de los jueces. ¿Cómo analiza el Gobierno esta circunstancia?
- “En realidad, no varió absolutamente nada porque pasó para conocimiento del Poder Ejecutivo. De tenerlo la jueza pasa al administrador, en definitiva es lo mismo. Se viene dando un progresivo y sistemático pase de causas.

Diego Bengoa