Escribe:
Héctor Cavagliato
golfuniversal@arnetbiz.com.ar

Cada semana la actividad golfística de la región se potencia con torneos de singular importancia en los diferentes clubes. Acompañando a ello se suceden los patrocinios de empresas allegadas a las instituciones y otras que se van incorporando para apoyar una disciplina deportiva en permanente crecimiento, a la vez que significa una vidriera imponderable que jerarquiza a los “sponsors” y a su interrelación con las entidades y sus participantes.
Un ejemplo de ello fue el último certamen disputado en el Villa María Golf Club el pasado sábado, cuando estuvo presente el valioso apoyo de la firma Scauso Hermanos y su representada Camozzi, cuyos principales directivos acompañaron el evento en todo momento, incluyendo la entrega de premios, según lo refleja la nota fotográfica para la que posaron expresamente como corolario de la fiesta junto a la mayoría de los ganadores de los premios en juego.
A lo ya informado en nuestra edición del lunes debemos agregarle un gesto generoso y digno de tenerse en cuenta para comprender a valora a un joven que se proyecta como ejemplar cultor del deporte. Franco Scauso, adolescente hijo de uno de los auspiciantes, ganó el concurso de long drive (el tiro más largo), pero lo donó en beneficio de quien le siguió en mérito.
Igualmente en Bell Ville se vienen desarrollando torneos de singular atractivo, como el reciente gran premio de El Comercio Seguros y su agente Jorge Murúa, y el último de La Pulpería, ya cronicados en estas páginas.

Lo que viene

El sábado será el turno de dos torneos igualmente atrayentes en ambas canchas. En la del Villa María Golf Club tendrá lugar una nueva fecha del Circuito Veneranda, motorizado por Strike Golf y Julián Robledo, en tanto en Bell Ville será el turno de otro medal play auspiciado por “Pato´s Chocolates Artesanales”, ambos en la modalidad medal play.
Pero si algo faltaba para sacudir el avispero golfístico local y provincial, el domingo habrá en la cancha villanovense un torneo reservado exclusivamente para Seniors y Superseniors. Lo organiza un grupo de entusiastas militantes de la “tercera juventud” local y acompañados por la Asociación Senior de Golf Córdoba.
Los Seniors se agruparán entre 55 y 69 años cumplidos y los Superseniors, desde 70 años cumplidos en adelante. En ambos casos las categorías serán 0 a 16 y 17 a 36 en el formato individual por golpes con premios al primero y segundo, respectivamente, con el adicional de un premio especial al mejor neto instituido por la citada Asociación.
Las salidas serán simultáneas a la hora 11 y el costo de la inscripción es de 120 pesos que incluye, además, la comida de agasajo al final con la entrega de premios a la hora 16.
¡Adelante y suerte!

El golf, una escuela de vida

Alguna vez imaginé esta frase que fue adoptada por clubes y algunas asociaciones del país, lo que me honra:
“El golf es una escuela de vida en la que cumplir y hacer cumplir las reglas es hacer bien los deberes”.
Sería bueno que los clubes, en general, pusieran énfasis en inculcar a sus jugadores, especialmente los principiantes (chicos y grandes) y también a los caddies que a veces opinan o influyen equivocadamente, la importancia de aprender las reglas, cumplirlas y hacerlas cumplir. El amiguismo, el “para qué me voy a hacer odiar” o cosas por el estilo desnaturalizan la esencia del juego limpio -el “fayr play” que llaman en inglés- a través de cuyas dispensas, por no “perjudicar” a un amigo, se obra en detrimento de todo el resto. No cabe el argumento de que “es un jugador nuevo” para no aplicar las normas taxativas que establecen las reglas.
Mucho menos contribuye hablar a espaldas de tal o cual jugador que cuenta golpes de menos, pero no se atreven a corregirlo “para no exponerse a discusiones” o algo por el estilo. Bueno sería, también, que los mismos “jugadores nuevos” expuestos o sujetos a correcciones se manifestaran agradecidos por ayudarlos a aprender cómo es la filosofía del golf y, finalmente, no dejen de ser “un caballero” y se alejen del hoyo 18 omitiendo un saludo a sus co-competidores como tales. Al fin y al cabo, compartieron el privilegio de un juego casi 5 horas al aire libre.
La soberbia es mala consejera. Aceptar los propios defectos y errores son cualidades de humildad y gente de bien.
Aquí viene muy bien aquel axioma que dice: “Se puede ser un caballero (o una dama) sin jugar al golf, pero no se puede jugar al golf sin ser un caballero (o una dama)”.
Gracias.