|
|
|
|
|
|
|
En Myanmar o en Kenya desarrolló su pasión ayudando a los que más necesitan desde la medicina |
|
|
|
|
|
Myanmar está devastada. El delta del Irrawaddy es una de las partes más afectadas por el ciclón Nagris, que tras su paso impiadoso dejó un verdadero tendal de agua y muerte.
Más de 300 mil personas perdieron la vida o desaparecieron en el sector azotado por la estremecedora fuerza natural. En medio de las turbulentas aguas y a bordo de endebles botes, hombres y mujeres profesionales en medicina y otras especialidades, hacen tareas humanitarias o lo que pueden.
El dato llega oportuno, una mujer está a punto de dar a luz en un sitio prácticamente inaccesible. El trayecto sólo puede hacerse en bote y Gabriela Peukert no duda. Si bien su ronda está por terminar, dos vidas en riesgo son la mejor excusa para cumplir con el deber asumido, casi antes de recibirse en la Universidad Nacional de Córdoba.
Sin pausa pero con prisa, el pequeño bote a motor se interna en la selva con la médica nacida en La Cumbre y pronto a radicarse en Villa María, una enfermera y el conductor. La noche se cierra sobre los tres y orientados sólo con la luz de una linterna surcan el intrincado entramado fluvial para rescatar a la futura mamá.
Con dificultad, la primera etapa de la travesía se cumple. El bote llega a destino y la embarazada a término, en delicada condición de salud, se transforma en la nueva pasajera de la embarcación que tiene que recorrer tres horas hasta el Hospital más cercano.
Sobre el bote la situación no es la ideal, con cuatro días sin alimentarse y un trabajo de parto ya iniciado muchas horas antes, el desenlace se torna previsible. Tanto, que en medio del viaje por las enrarecidas aguas asiáticas, el bebé se abre paso desde las entrañas de su madre para finalmente asomarse al mundo.
Con implementos mínimos y a pura tenacidad, la futura vecina villamariense, realiza con precisión las maniobras necesarias para salvaguardar la existencia del niño y su madre.
Tras las tareas de reanimación y los primeros cuidados recibidos el recién nacido y su mamá logran llegar a salvo al centro asistencial.
A pesar de todo el final no es feliz, el bebé sólo sobrevive 18 horas. Sin incubadora ni máscaras de reanimación, la tarea del equipo asistencial no encuentra continuidad ni epílogo de película.
La anécdota pinta de cuerpo entero la tarea de una actividad donde la delgada línea que separa la vida de la muerte es franqueada a diario.
“Hace un año y medio (y después de haber presentado su Currículum) fui convocada por Médicos sin Fronteras”, (MSF) para viajar a Kenya y luego a Myanmar.
La primera experiencia en suelo africano de la joven de 31 años, nacida en La Cumbre, fue impactante
“En Kenya las cosas estaban bastante tranquilas, al menos antes de las elecciones. Luego de los comicios, surgieron dudas por la transparencia del mismo, comenzaron los enfrentamientos entre los partidos que después se trasladó al choque entre tribus y las matanzas se multiplicaron”, expresó la profesional en diálogo con EL DIARIO.
“Vivimos mucha tensión. Eran muertes y más muertes todos los días y no al nivel que estamos acostumbrados acá. Allá se usan palos, cuchillos para pelear brutalmente hasta morir”, agregó.
“En esta etapa difícil, tuvimos que atender todo lo que venía por la guardia, es decir heridos y demás, mientras a la par manteníamos un programa de prevención y atención de HIV”, resaltó la especialista en medicina interna.
“El HIV es un tema muy específico y he ganado mucha experiencia en este sentido. Espero poder volcar lo que sé en una ciudad como Villa María”, subrayó.
“La experiencia vivida fue muy rica tanto a nivel profesional como personal. Es muy bueno, cuando uno ve lo que es la medicina en otros lugares del planeta y puede comparar”, consideró Peukert.
“Estoy segura que en nuestro país se puede trabajar también de este modo. Probablemente acá tengamos las mismas necesidades, probablemente uno no tenga que irse a Kenya o a Myanmar para ser solidario. En mi caso salió la oportunidad y la adopté como una experiencia de vida”, manifestó la voz consultada.
“Voy a quedarme en Villa María para tratar de establecerme acá. De todos modos, uno siente ese hormigueo que lo impulsa a estar dispuesto siempre para ir al lugar que más lo necesitan”, concluyó.
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|