Apenas concluyó el juicio, Olga Pino agachó la cabeza y comenzó a llorar casi en silencio. Con la mirada clavada en el suelo y todavía sentada en el estrado de la Fiscalía y la Querella, inicialmente se negó a emitir palabra alguna cuando un colega de una emisora local intentó conocer su opinión sobre el veredicto.
Los grabadores de la prensa se fueron entonces con el fiscal Márquez por unos minutos, pero como la viuda de Rimoldi continuaba allí, los medios volvieron a la carga, y la atribulada mujer, ya más tranquila, respondió con un suave hilo de voz tan sólo tres preguntas...
- ¿Está conforme con el fallo?
- “Pienso que el tribunal ha sido justo.”
- ¿Tanto con el penal como con el civil?
- “El fallo civil es retórico. El (en alusión a Miranda) no tiene... no tiene nada. Y con respecto al fallo penal, yo hubiera querido un poquito más (de condena)... pero me permito dar vuelta la página.”
- ¿Qué quiere decir con eso de “dar vuelta la página”?
- “No voy a hablar más.”
Se retiró de la sala acompañada por unos pocos familiares y amigos, tan silenciosamente como había llegado.