El 30 de octubre de 1983 no fue un día más para los argentinos. Fue el día en que las urnas dejaron de estar guardadas.
La frase del general Leopoldo Galtieri en 1981 no era más que escombros en un país que pedía a gritos reconstruir la democracia.
El 30 de octubre de 1983, los villamarienses concurrieron masivamentre a las urnas y las “tres boletas tres” (Raúl Alfonsín a la Presidencia, Eduardo Angeloz a la Gobernación y Horacio Cabezas a la Intendencia) se quedaron con el triunfo. Los radicales lograron siete bancas: José Redondo, Luis Caronni, Cecilia Fernández, Jorge Gómez, Oscar Paradella, Ronald Lombardi y Adriana Brochero. Los peronistas sentaron a cuatro de la lista; Carlos Caballero, Jorge Martín Iglesias, Abel Aymar y Nelda Orsi.
De los once, seis ya no están y cinco regresaron ayer a sus bancas por invitación de EL DIARIO.
“Te acordás la inundación en enero de 1984. El barrio Las Acacias estaba bajo el agua y estábamos con Aymar rescatando gente, una familia no quería salir y Aymar se subió a un tractor con una pala para sacarlos”. El recuerdo del sindicalista ya fallecido estuvo presente en la puerta de la Casona de Pereira y Domínguez, cuando Caballero y Redondo, los primeros en llegar, se encontraron.
Con el actual presidente del Concejo Deliberante, Javier Suppo, como anfitrión las anécdotas de hace 25 años comenzaron a surgir desde las escalinatas de la Casona de calle Mitre. “Mirá aquí estaba la Biblioteca Mariano Moreno”.
“Aquí redactábamos las ordenanzas en la máquina de escribir. Una Lexicon 80.”
“Teníamos un solo micrófono que iba pasando de mano en mano”. Recuerdos que surgieron uno tras otro cuando Caronni, Fernández, Redondo, Martín Iglesias y Caballero se sentaron a compartir un café con EL DIARIO en la presidencia y luego ocuparon las bancas unos minutos en el “foso”.
Te acordás hermano. “Aymar (sindicalista ya fallecido) tenía reservas con los abogados pero cuando vos hablabas Luis me decía tirale con el Código, tirale con el Código.”, dijo Caballero y todos sonrieron.
“Teníamos varias divisiones. Peronistas y radicales. Grandes y jóvenes. Tempraneros y tardíos”. Las palabras de Caronni recibieron la rápida respuesta de Cecilia Fernández. “Nosotros éramos de los tardíos”.
La camaradería, que fue una constante en el primer Concejo de la Democracia, colmó las galerías de la Casona que albergó los ideales de la época. Los que no están físicamente, estuvieron presentes en los recuerdos. “Aquí se sentaba Oscar, aquí Adriana, aquí Ronald, éste era el lugar de Nelda y éste el de Aymar”. El sillón de la Presidencia trajo a la memoria a Jorge Gómez y luego José Redondo volvió a los viejos tiempos y lo ocupó. “Te lo presto por un rato”, tiró Suppo.

@Te acordás...

Te acordás, hermano, ese 30 de octubre. Caronni en su Peugeot 504, Redondo en su Datsun, Fernández con su juventud combativa, Caballero y Martín Iglesias. Todos por los barrios, juntando gente ansiosa por volver a acariciar la urna. “Trabajamos en barrio Lamadrid con Arancibia y Jesús Biego que andaba en un Falcon”, destacó Caronni.
Desde hora temprana, largas colas se formaron en los colegios. Todos querían sufragar enseguida.
“No sabíamos si ganábamos, las estimaciones nos daban que en Villa María podíamos ganar o perder por 500 votos. Alcides Demarchi (postulante del justicialismo al Sillón de Viñas) era un candidatazo”. Palabras de los radicales.
“Fue un aluvión alfonsinista y a nosotros no nos ayudaba mucho el candidato a gobernador Bercovich Rodríguez”. Palabras de los peronistas.
Los dos partidos mayoritarios acordaron una “campaña limpia y sin agresiones”. El gran entusiasmo popular no se borra de la memoria de los ediles del momento. “No sabíamos lo que pasaba con el escrutinio en los otros colegios, en esa época no había celulares.”
El festejo radical en la noche del 30 de octubre generó el primer encontronazo y lo traen a la mesa.
“Habíamos acordado no pasar por el PJ en la calle Catamarca pero la columna de Veglia (Miguel) se desvió... y la convivencia duró hasta la primera pedrada. Un cuarto de baldosa le arrojaron.”
Sonrisas.
“No teníamos viáticos en esa época ni asesores. Consultábamos a gente de los Colegios Profesionales”. Cecilia Fernández pone en el tapete la austeridad de la política de hace 25 años.
La primera gran discusión fue por las dietas. “Teníamos que fijar el sueldo del intendente, de los secretarios, de los tribunos y el nuestro. Fue una gran discusión al igual que la creación de la Dirección de Promoción Juvenil”. Martín Iglesias habló y todos agregaron un bocadillo a las polémicas de antaño.
Tantas anécdotas, tantas pasiones, tanta militancia.
“La discusión del presupuesto fue histórica. Las dos barras (radicales y peronistas) estaban en las galerías. Yo empecé con el informe de la mayoría y debía guiñarle el ojo a Veglia para que hiciera entrar a Cabezas. Y así entró el intendente y dijo ‘pido que me den una banca para defender el presupuesto...’”, contó Caronni y Caballero saltó: “Cabezas nos insultó, nos trató de cajetillas del centro y Aymar le gritaba: ‘Yo viví toda mi vida en la ruta pesada’”.
La democracia renaciendo, serena pero combativa. Entre la razón y la pasión. Entre el agua y el fuego. Entre la huelga municipal, la privatización del Matadero, el Festival de Cine que fue todo un éxito con la presencia de grandes artistas y la elección de “Darse cuenta” como la mejor película.
“La primera ordenanza fue una moción de Nelda Orsi para ponerle el nombre de Guillermo Evans al Polideportivo. La democracia defendida con uñas y dientes en la Semana Santa de 1987. “Sesionamos en forma permanente los tres días. Ahí se puso a prueba la democracia.”
La democracia, esa joven que ha enfrentado grandes desafíos. Y que respira y se embellece cuando las urnas abren sus alas de libertad.


@Por la felicidad del pueblo

Escribe:
Horacio Cabezas*

La de hoy es una fecha muy tocante, porque en ella podemos recordar lo que el pueblo consiguió con esfuerzo, sacrificio y dolor: ni más ni menos que la recuperación de su potestad, que le había sido arrebatada tras el golpe cruento por parte de los negadores de los derechos esenciales.
Indudablemente, puede darse el caso de ciudadanos que pueden haber visto frustradas sus esperanzas. Pero no creo que hoy se trate de atribuir culpas o rechazar gobiernos, sino por el contrario, hay que afirmar cada vez más los esfuerzos para restaurar los ideales y enmendar los errores para que la democracia y la forma republicana de gobierno entren en el camino de lo perfectible.
Me correspondió asumir la responsabilidad de ser el primer intendente de esa restauración democrática. Creo que los errores cometidos durante mi gestión fueron redimidos por la generosidad de los vecinos.
Y es el Honorable Concejo Deliberante, como representante e intérprete de la ciudadanía de nuestra ciudad, el portador de tan hermoso mensaje para la convivencia.
La vida es toda una permanente enseñanza y en mí afirma la misma convicción, que me dice que en la función pública y alejados de ella, siempre entre todos debemos tener la entrega para servir al engrandecimiento de la ciudad, comprometidos para que ella siga un derrotero de grandeza.
Que quienes la habitan se sientan atraídos a realizar los mejores emprendimientos al compás de los preceptos de nuestras cartas constitucionales.
Creo que Villa María ya está firmemente orientada hacia la grandeza. Pido que sus autoridades de hoy y futuras no desmayen y sean agraciados con las mejores ideas en pos de la felicidad del pueblo y de la ciudad.

* Primer intendente desde la
recuperación de la democracia

(No pudo concurrir ayer al Concejo
Deliberante por encontrarse
de viaje fuera de la ciudad)