“Antes de charlar con los jóvenes hay que dialogar con los adultos.” Este fue uno de los ejes en los que se centró ayer Aldo Dománico, director Nacional del Programa de Lucha contra las Adicciones, en su charla con la prensa.
El funcionario nacional estuvo acompañado por Luisa Vallejos, la responsable de la Región Centro del programa Municipios y Comunas Saludables, del Ministerio de Salud de la Nación. Junto al intendente Eduardo Accastello y las referentes del Consejo Municipal de la Salud, Mildren Del Sueldo y Elizabeth Theiler, estuvieron en la Medioteca Municipal Mariano Moreno.
Vallejos precisó que una de las propuestas es trabajar de manera intersectorial e interjurisdiccional, articulando con los distintos programas del Ministerio.
“El abordaje territorial es el foco estratégico de nuestro programa, porque la comuna es el lugar más cercano a la gente, donde se reconoce la problemática a la vista y se cuenta con los recursos”, señaló. Y advirtió que “no se puede trabajar esta problemática sólo desde la Intendencia, sino con la comunidad”.
Dománico, en tanto, resaltó que desde la Dirección de Salud Mental y Adicciones se crea el programa de prevención y uno hace referencia al exceso de alcohol. “No estamos en contra de la bebida, porque no es un ser humano”, sino contra el consumo excesivo de la misma, buscando “generar estrategias que contengan a la población”, ya que “hay una necesidad imperiosa de discutir la tolerancia social” a este flagelo. “Se naturalizó el uso, que genera conflictos sociales”, resaltó. “Los adultos tenemos que sentarnos en una mesa a debatir. Antes de charlar con los jóvenes, hay que dialogar con los adultos, que son quienes venden bebidas; con los remiseros, que trasladan a los chicos; con los padres, que permiten la previa”, reflejó el funcionario.
Dománico precisó que “no hay ningún pueblo exento de conflictos por esta situación”, enumerando a los problemas por accidentes viales, la violencia que se genera por la alta ingesta, embarazos no deseados, entre otros.
Si bien la zona de la Patagonia es la más roja en cuanto a la penetración del flagelo, en “el centro del país es bastante complicado”.
La juventud es la principal afectada por este drama. “La mortalidad que puede ser evitada es juvenil”, destacó. Apuntó que no hay estadísticas precisas sobre los dramas que se generan a partir del consumo excesivo porque, por ejemplo, un joven ingresa a un nosocomio con traumatismo de cráneo y la causa es haber tenido un accidente por circular alcoholizado, pero en las estadísticas esto no queda reflejado.
“Por cada accidente generado a partir de esta causa hay cuatro damnificados. Nosotros estamos perdiendo un montón de capacidades”, manifestó.
“Muchos toman alcohol no para divertirse, sino directamente para quebrar. Está naturalizado (el consumo excesivo) porque se hizo masivo. Es feo decirlo porque parece que uno habla desde una concepción mercantilista, pero hasta los boliches pierden clientes porque muchos chicos se quedan en la previa”, sostuvo, en alusión al estado que alcanzan. Avaló los controles de alcoholemia porque “en algún punto necesitamos que nos regulen” y advirtió que “en los años ‘90 el mercado hizo estragos en nuestra conducta”, con un litro de leche al mismo costo que el de cerveza.
La jornada de ayer se centró en el uso nocivo del alcohol y fue realizada en conjunto por el Eninder y el municipio. Tuvo como objetivo desarrollar y articular las capacidades institucionales para la prevención específica frente al uso nocivo del mismo, la detección precoz y el tratamiento temprano.