Doctor en matemática por FaMAF, Nicolás participó de la creación de la Escuela de Historia Conceptual de la Matemática en Brasilia 2007 y Córdoba 2010. También pasó por las Jornadas de Ciencias Formales organizadas el mes pasado por la UNVM. Se refirió a la matemática como unificadora de culturas y habló de la importancia de la historia para estimular el estudio de esta disciplina...

De chico le apasionaba la Historia. A tal punto que a los 11 años había empezado a escribir una historia de la Revolución de Mayo. Sin embargo, años más tarde y debido a sus condiciones y al consejo familiar, Nicolás Andruskiewitsch terminó inclinándose por la Matemática. Con el paso del tiempo habría de licenciarse en Buenos Aires, doctorarse en Córdoba y especializarse en Algebra hasta alcanzar el estatuto de investigador del Conicet. Sin embargo y a pesar de su recorrido, nunca pudo abandonar la pasión de su infancia; esa que volvería a golpearle la puerta a su sensibilidad en 2007, cuando el profesor francés Dominique Flament, lo llamó para participar en una experiencia muy singular: la Escuela de la Historia Conceptual de la Matemática. “Fueron unas jornadas que se hicieron en Brasilia dedicadas a mejorar la calidad de la enseñanza”, rememora Nicolás, que desde entonces ya no pudo dejar de pensar en la Historia”.
Lo curioso es que esta experiencia se continuó el año pasado en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de Córdoba (FaMAF) a pedido del mismo Flament, pero esta vez coordinadas por Nicolás.
“Vinieron matemáticos franceses, brasileños, uruguayos y muchísimos argentinos. Y ahí entré en contacto con Sandra Visikolskis (profesora cordobesa de la UNVM). Tuve la suerte de tener en ella eco en dos proyectos que me venía imaginando; el primero era impulsar el estudio de la Historia de la Matemática a nivel de materia para el profesorado y tal vez para la licenciatura; es decir, una propuesta para que este estudio se desarrolle en Argentina como soporte”.
-¿La Historia de la Matemática aportaría incentivos extras a la hora de estudiar la materia en el colegio?
-Mi experiencia me dice que sí, que cuando vos contás de dónde viene la noción que estás enseñando o le das un poco de color a la clase con algún dato histórico o biográfico, suele ser bastante atractivo para los alumnos. Los temas dejan de ser tan áridos si contás una anécdota sobre Arquímedes o sobre Gauss, por ejemplo. Y esas anécdotas, claro, ayudan a provocar el entusiasmo.
-El curso de Historia de la Matemática en el FaMAF ya es un hecho…
-Sí. Y lo estamos dictando con Sandra para los alumnos del profesorado de Matemática pero también para gente de Filosofía, Literatura y Psicología. Hay 25 personas inscriptas. Lo curioso es que han venido profesores egresados de acá, buscando quizás una apoyatura a sus clases.
-¿Por qué muchos profesorados no se habían ocupado de la historia de la Matemática?
-En el caso puntual de FaMAF, nunca fue por falta de voluntad. Es más, la idea de dictarlo siempre estuvo. A tal punto que cuando yo propuse el curso, todos estuvieron encantados. Incluso me lo vinieron a pedir para el doctorado. Pasa que somos un país muy nuevo y a veces hay tradiciones que no existen, como la Matemática en Córdoba sin ir más lejos.
-¿Cómo es esto?
-La Matemática en la ciudad apenas tiene 50 años. Antes no había matemáticos cordobeses, sólo ingenieros. Hasta que gracias a los astrónomos del IMAF que necesitaban saber más física y matemática, se abrió este campo.
-¿Y cuál es tu segundo proyecto “histórico” ?
-También lo estoy trabajando con Sandra, y tiene que ver con retomar la Historia de la Matemática en Argentina, un tema sobre el que hay apenas dos monografías, una escrita en 1922 y otra en 1972.

s La Matemática en Argentina

-¿Qué me podés decir de la Matemática en Argentina?
-Que es pequeña pero con muy buena gente trabajando. Antes, los matemáticos nuestros se iban a otro país, pero desde 1985 han empezado a quedarse. Y me parece que sus muy buenos trabajos no tienen la visibilidad necesaria.
-¿Y qué ideas tenés para hacerlos más visibles?
-Lo primero, hacer una lista de los matemáticos que se doctoraron en nuestro país. Y en eso estamos con Sandra. Es un trabajo muy largo porque hay información vieja que no está en la red; así que hay que rastrear mucho y viajar a las grandes universidades.
-¿Cuál es el interés de esta lista?
-Que puede detallar las distintas líneas de investigación para entender de dónde viene la matemática argentina. No todas las líneas vienen del español Rey Pastor como se piensa. Calculamos que hay entre 200 y 300 doctores en el país, de los cuales unos 80 son de Córdoba.
-La última, Nicolás: ¿cómo empieza el Hombre a hacer Matemática?
-Los comienzos son algo difíciles de rastrear, ya que las civilizaciones más antiguas no tenían escritura, como los mayas o los aztecas, o la tenían en soportes que desaparecieron o que no se han sabido descifrar, como los egipcios o los babilonios. Lo que es notable es que hay muchas civilizaciones que han encontrado en las matemáticas desarrollos absolutamente paralelos. Los chinos, los aborígenes o los griegos, se plantearon los mismos problemas. Cada uno, por su lado, llegó a tener la necesidad de interpretar el mundo a través de los números; en primer lugar para contar y en segundo lugar para medir. Cuando vi que los chinos conocían el Teorema de Pitágoras 200 años antes que Pitágoras, me maravillé. Esto me confirma que el ser humano es uno solo, que hay algo muy profundo que nos unifica como raza más allá de la diversidad cultural.

Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-