A tres años de la presentación de su proyecto de Defensoría del Pueblo, la concejala radical Sandra Bailone continúa esperando que el Concejo Deliberante sancione el proyecto de ordenanza que lo habilite.
Hace unos meses tomó impulso pero pasan las semanas y no hay novedades.
“Durante todo el último tiempo, el proyecto estuvo en manos de María José Pedernera”, la asesora Letrada de la Municipalidad de Villa Nueva, cuenta la edil.
¿Es común que esto ocurra?
- “Si voy a estar en una banca legislativa, es correcto que tenga a alguien que me asesore. Pero no puede ser que el asesor tenga más protagonismo que el legislador y que tome él la decisión por el concejal. Sino, sentemos a siete asesores letrados en lugar de los ediles.
Yo también tengo mi asesor. Entiendo que ellos (por el oficialismo) puedan tener dudas pero no que durante tres años no sepan evacuar esos interrogantes. Si es así, qué lento es el entendimiento.”
Para Bailone, “sería muy buena una devolución del Deliberante para con esta ciudad. Ya que sus habitantes eligieron a este Gobierno nuevamente, debe brindársele por derecho lo que le corresponde”.
Y disparó: “Las expresiones como justicia social, democracia, derecho, son más parte de los discursos que de los hechos”.
¿Ya no existen argumentos para que no sea sancionado?
- “Mire, hay un hecho claro. Hace desde la creación de la Carta Orgánica Municipal que existe esta deuda con la población. La letra es clara: indica que debemos poner en funcionamiento a la Defensoría del Pueblo.”
“Hacen falta tres años de reclamos. Un concejal del oficialismo le dijo a EL DIARIO que estábamos viendo punto por punto porque no nos poníamos de acuerdo. ¿Cuándo nos pondremos de acuerdo? ¿Cuando nos vayamos y dejemos la banca?”, se preguntó la entrevistada.
“Hay que pensar que prevalecerán las mezquindades personales antes de la posibilidad de brindarle al pueblo lo que por derecho le corresponde”, advirtió.
Ante una pregunta, remarcó que “hay que tratar de todas las maneras que el defensor no tenga inclinaciones partidarias, si no se perdería el espíritu del mismo y sería un elemento más del Gobierno de turno”.
“He estado dispuesta a discutir distintos puntos. Algunos me han resultado contradictorios: ellos en algún momento pretendían que sea un profesional. El defensor debe ser una figura representativa para todo el pueblo, no sólo para la Unión Cívica Radical ni para el Partido Justicialista ni nada”, expresó.
“Yo me pregunto: qué tengo que esperar. ¿La determinación de cuatro concejales del oficialismo o de una asesora Letrada? El pueblo tiene que saber quién toma las decisiones, más allá del asesoramiento”, declaró.
La legisladora local apuntó que “no tengo ninguna apetencia personal; sólo pido que se respete el derecho establecido en la Carta Orgánica, no está en mi la más mínima intención de ocupar este cargo”.
Cuando se le preguntó qué hubiese sucedido si el oficialismo presentara esta iniciativa, Bailone no dudó en afirmar que habría sido sancionada y que ella lo hubiese acompañado.
“Este Concejo Deliberante (con la actual conformación) se está despidiendo de sus funciones, por qué no dejar entonces en las arcas legislativas estos dos temas tan importantes”, dijo en referencia al del ombudsman y al del régimen electoral municipal, también impulsado por ella.
“En las actas de cada sesión legislativa figura la cantidad de reclamos que hice por este tema y tengo las copias de las peticiones que hice para que se le dé tratamiento”, aclaró.
La Carta Orgánica Municipal, elaborada en 1995, establece en su artículo 81 que el Deliberante, con el voto de las dos terceras partes de sus miembros, sancionará la ordenanza que crea la Defensoría del Pueblo.
La Carta Magna de la ciudad señala que se elegirá por el voto directo y durará cinco años en su función.
Requiere los mismos requisitos, inhabilidades e incompetencias previstas en el artículo 73, el que refiere a los concejales.
Ante todo esto, Bailone ironizó: “Por poco, mis pares querían con un sueldo menor al de un edil traer a un juez, que esté las 24 horas”. “Son todas chicanas para entretener y dilatar, más allá de la herramienta útil que salga a contestarme”, dijo.
“Hay tantos cargos que no le brindan nada a la comunidad villanovense y sin embargo se mantienen...”, concluyó.


La enemiga política a la que el tiempo siempre le da la razón

Demasiado tiempo ha transcurrido y el oficialismo no tiene excusas válidas para argumentar el por qué no acompaña el proyecto de Defensoría del Pueblo que Sandra Bailone impulsó basada en la Carta Orgánica. Sólo hay una razón: no querer que una institución de tal envergadura en el sistema democrático salga con el sello de un partido opositor, ni mucho menos con el de quien se erigió en la máxima referente de la vereda de enfrente para el Gobierno de Guillermo Cavagnero.
Castigada y menospreciada en varias oportunidades, el oficialismo no ha podido, sin embargo, derrumbar los planteos que hizo una y otra vez la polémica edil radical, a la que el tiempo siempre le da la razón. En las primeras etapas de su gestión como concejala, cuestionó el aumento de las patentes y el Gobierno debió dar marcha atrás. Se opuso a un controvertido convenio de locación de servicios tributarios y ahora el propio intendente desnuda el fracaso de su gestión en ese orden cuando dice que se fueron empresas sin pagar tributos y que muchos de los que más tienen, menos pagan. Cuando se vendieron las tierras que originariamente estaban destinadas al Parque Industrial, fue la primera en poner los pies en el freno, basándose en las irregularidades que envolvía la operación. Irregularidades que persistieron durante más de un año y que el municipio no pudo explicar. Ni qué hablar de lo atinente a la obra del pavimento: fue la única de la oposición que mantuvo siempre la misma postura sobre los presuntos sobreprecios.
Diego Bengoa