Nuevamente Villa María amaneció de luto tras la muerte de un adolescente de 17 años que dejó su vida sobre el frío e impersonal pavimento de la ruta 158, a la altura del Hipódromo, como consecuencia de un accidente de tránsito; el cuarto con el mismo saldo fatal acaecido en la ciudad en los últimos cuatro días.
Se trata de Alexis Irusta, quien alrededor de las 23.45 del martes conducía una Motomel 125, cuando al llegar a la intersección de avenida Colón y Azcuénaga, se cruzó de carril y fue impactado por un automóvil.
Aunque fue socorrido en el lugar y trasladado al Hospital Pasteur con un gravísimo traumatismo de cráneo, el esfuerzo realizado por los médicos de la Guardia no tuvo los resultados deseados y el joven motociclista falleció poco después en el centro de salud de la calle Mendoza, convirtiéndose de este modo en la cuarta víctima fatal en accidentes de tránsito en la ciudad en las últimas 96 horas.

s ¿Qué pasó?

El villanovense Miguel Alejandro Sequeira, de 41 años, es quien iba al volante del Ford Escort en el momento del choque que no consiguió evitar.
Alexis circulaba en dirección a barrio Las Acacias, en donde residía, en tanto que el coche lo hacía en sentido contrario.
“De acuerdo con algunos testimonios recogidos por personal policial, aparentemente, la víctima iba acompañado por otra moto y en algún momento ambos rodados se tocaron. Como Irusta circulaba del lado interno de la ruta, se cruzó de carril y allí habría impactado frontalmente con el automóvil (ver infografía B de página 3). Sin embargo, todo forma parte de la investigación todavía y estos datos aún no han sido oficialmente corroborados por más testigos”, dijo el comisario Luis Gervino de la Departamental San Martín a EL DIARIO.
Asimismo, extraoficialmente trascendió que el malogrado motociclista conducía sin casco y aparentemente sin la luz del rodado encendida.
Alexis cursaba el colegio secundario en el IPEM 275, ex Colegio Nacional, en turno nocturno, aunque había quedado libre. Su deceso, causó consternación en la comunidad estudiantil de diversas escuelas locales, ya que se trataba de un pibe muy conocido.

Memoria para la prevención

Aunque recordar sea doloroso muchas veces, conviene tener presente lo ocurrido días pasados para tomar conciencia cabal de estos casos que no sólo lastiman profundamente, casi siempre sin remedio, el seno familiar de las víctimas fatales y del resto de los protagonistas - aunque éstos no pierdan la vida - sino que también causan un profundo trauma en el seno de la sociedad, porque se trata, qué duda cabe, de un dilema social en el que todos (ciudadanos, dirigentes, padres, docentes, fuerzas públicas y servidores públicos), tienen su cuota de responsabilidad.
Por tal motivo, traemos a la memoria - y a la reflexión - de la ciudadanía la cronología de las últimas cuatro muertes por accidentes en la Villa.
Todo comenzó apenas pasada la medianoche del viernes último, sobre la ruta 9, frente al salón de fiestas Royal House. Allí, perdió la vida Jonathan Ariel Gannio, de 18 años, quien tripulaba una Guerrero de 50 centímetros cúbicos que impactó contra un Chevrolet Astra que salía del estacionamiento del local.
El reloj marcaba las 0.45 cuando la muerte se presentó sobre el kilómetro 553 de la ruta 9.
Menos de seis horas después, sobre el kilómetro 563 de la misma carretera, en inmediaciones de La Rural, perdió la vida otro joven villamariense.
Se trata de Leandro Ismael Rey, de 22 años, quien tripulaba un Nissan Tiida y se metió debajo de un camión.
Perdió la vida en forma instantánea.
Eran las 6.25 de la mañana del mismo sábado.
El domingo a la madrugada, la fatalidad volvió a enlutar la ciudad, cobrándose, en alrededor de 27 horas, su tercera víctima fatal, un chico de 17 años: Ezequiel Alejandro Acosta, quien acompañaba a otro adolescente a bordo de una Cerro 110 centímetros cúbicos cuando colisionaron con un Fiat Punto.
El impacto le costó la vida a Ezequiel.
Ocurrió en el cruce de la autopista Córdoba - Rosario y la ruta provincial 2, cuando las agujas del reloj marcaban las 3.41, de la madrugada, según informó oportunamente el parte de prensa de la Departamental San Martín.
Pasaron apenas 40 horas y la muerte volvió a cubrir de dolor y espanto a una familia villamariense y, por añadidura, a toda la comunidad.