Ayer por la tarde se llevó a cabo una misa especial en homenaje a la Hermana Gabriela Moscoso en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario.
En la oportunidad, la comunidad educativa de Las Rosarinas, entre alumnos, docentes y miembros de la entidad religiosa realizaron una ceremonia.
A continuación, se publica una semblanza conmemorativa, remitida por el propio establecimiento educativo.
En la historia de las instituciones, cada ser deja su huella personal e intransferible. Así es la huella que la Hermana Gabriela Moscoso dejó en el Instituto del Rosario y el Profesorado “Gabriela Mistral”, ámbitos donde transcurrieron sus más fecundos años de plenitud docente y religiosa. Volvió a Villa María 28 años, durante los cuales reveló la dimensión exacta de la mujer fuerte, de temple, de visión creadora, de perseverancia y sólida arquitectura espiritual.
Siempre la distinguió su espíritu de lucha, tesón, capacidad en las concepciones educativas, disciplina y orden para trabajar y hacer trabajar, inteligencia y carácter para afrontar las empresas de alto vuelo con una clara visión de futuro. Fundadora del Profesorado “Gabriela Mistral” junto con monseñor Avelino Ambrosio Antuña, con la creación de departamentos para distintas asignaturas, levantó cimientos de cultura para múltiples generaciones de jóvenes que se formaron como profesores en las aulas rosarinas.
La poderosa vocación docente de esta religiosa, la impulsó a un magisterio profundo, de sentido misional. La presencia de monseñor Avelino Ambrosio Antuña, hombre de recia personalidad y gran sabiduría, fue decisiva para la creación del Profesorado “Gabriela Mistral”, un 1 de abril de 1958. Ambos estaban maduros para concretar obras educativas con proyección hacia el futuro.
La comunidad del Instituto del Rosario fue fértil sementera para la abnegada labor cotidiana de las Hermanas Rosarinas, que secundaron incansablemente a la Hermana Gabriela Moscoso. Las que hemos pasado por las aulas rosarinas, como alumnas, docentes o padres, guardamos el testimonio de una vida puesta al servicio de Dios y de su prójimo. Así la recordamos, como insigne educadora y su espíritu, que nutrió múltiples generaciones, perdurará en los ámbitos del Profesorado “Gabriela Mistral”, que hoy tutela su imagen, visible para la ciudad de Villa María, como testimonio de su legado cultural.